La Hill House Chair, conocida popularmente como la “silla Mackintosh”, fue diseñada en 1902 por el arquitecto Charles Rennie Mackintosh para el dormitorio de la Hill House (casa de la Colina) de Helenburgh, cerca de Glasgow.
Dos de estas sillas, junto con un taburete eran los únicos elementos negros de una estancia con predominio de tonalidades blancas.
El mismo arquitecto se encargó también del resto de la decoración interior siendo actualmente una casa-museo muy interesante de visitar.
Años antes en la Exposición de la secesión vienesa, Mackintosh había presentado una serie de sillas de respaldo alto entre las que se encontraban la silla Argyle, otro de los famosos diseños del arquitecto escocés.
Y es que, si en el siglo XVIII la influencia china había inspirado a la decoración occidental, a finales del XIX fue la japonesa la que influyó en el diseño europeo, aunque de forma minoritaria, ya que sus formas rectas y ortogonales se oponían a las modernistas de la época.
La combinación de estas dos influencias (modernismo con toques japoneses) fue desarrollada en Escocia por Charles Rennie Mackintsoh, emulada hasta la saciedad en Estados Unidos por Frank Lloyd Wright, y secundada por algunos diseñadores de la Secesión Vienesa como Joseph Hoffmann.
Como símbolo representativo de esta variante del modernismo y con un diseño de clara inspiración japonesa, a la silla Mackintosh se la considera uno de los primeros diseños del Movimiento Moderno, que como ya hemos dicho inspiraría al grupo de los Wiener Werkstätten.
Originalmente estaba pintada de blanco y se trata de uno de esos clásicos modernos que nunca pasa de moda. La retícula de pequeños cuadrados superiores en esta silla es precisamente el motivo decorativo más asociado a Mackintosh.
De hecho en el dormitorio de la Hill House esta retícula se encontraba también a los pies de la cama, en el espejo del tocador, en el copete de la silla, y en el batiente de la ventana, haciendo de elemento unificador del conjunto.
Elaborada en madera de fresno teñida de negro (actualmente lacada) con asiento tapizado en terciopelo, se la reconoce especialmente por su característico respaldo de 1,41m de alto.
Su principal objetivo nunca fue funcional o comercial, sino decorativo: Es una obra de arte para contemplar y admirar, más que para sentarse a diario.
La firma Cassina la fabrica y distribuye desde 1973.
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Vía: pinterest.com