¿Te gustan las velas?… Pocos son los que se atreverían a contestar negativamente a esta pregunta. Buenas, bonitas y baratas, lo cierto es que quedan bien en cualquier rincón, desde el dormitorio hasta el baño, dándole un punto cálido y romántico al ambiente cuando están encendidas.
En Decofilia somos fans de las velas a la hora de decorar y aportar ese “toque de gracia” al estilismo final de un proyecto de interiorismo. Y aunque pueden ir perfectamente solas sobre un plato o una bandeja, en este post queremos rendirles homenaje a su contenedor: los candelabros.
La palabra candelabro viene del latin candelabrum (medio, instrumento o soporte para velas) y de hecho en muchos idiomas la palabra vela deriva también de ahí (como “candel” en inglés o “candela” en italiano). Por tanto, vela y candelabro van indisociablemente unidos.
No sabemos si por el latín o por otro tipo de asociaciones, lo cierto es que cuando hablamos de candelabros la primera imagen que se nos viene a la cabeza es o bien esos ambientes clásicos y palaciegos del siglo XV, adornando largas mesas de postín, o bien lo que es peor, las películas de terror, esas en las que la luz se apaga y hay que ir candelabro en mano y luz tenue descubriendo dónde está el asesino…
Sin embargo, nada más lejos de la realidad: Hoy en día el diseño ha llegado también a los candelabros y podemos encontrar piezas muy modernas, originales, ecológicas o divertidas para todos los gustos y estilos.
Cuando decidimos utilizar un candelabro para decorar un ambiente, éste pasa a ser el foco decorativo, quedando la vela en un segundo plano. Es decir, en estos casos la vela suele ser blanca y sencilla (normalmente alargada), sin adornos accesorios para no robar protagonismo al verdadero objeto decorativo: su soporte.
Dicho esto, la palabra candelabro implica de por sí un soporte para varias velas (ya que si sólo soportara una se denominaría más bien “portavelas“), lo que implica que suele tener varios brazos para alojar al menos a 3. No obstante, se puede hacer una reinterpretación moderna del concepto uniendo varios portavelas de una sola vela en un grupo de varios, de modo que el conjunto se percibe como un candelabro más que como velas sueltas. Y lo que es más, en estos tiempos de fusión de estilos también puedes atreverte a colocar portavelas diferentes (con un punto homogéneo entre ellos) y colocarlos juntos, que también creará ese efecto.
Candelabros los hay desde minimalistas, normalmente ligeros, estilizados y metalizados hasta divertidos, en colores varios, duotonos o con mezcla de materiales, como la madera y la piedra por ejemplo. También los hay tipográficos, con formas clásicas y tonos modernos e incluso low cost o DIY (por ejemplo, haciéndose con botellas
de cuello alargado de varios tamaños y colores y colocándolas juntas)
En fin, si te gusta decorar con velas seguro que los candelabros te acaban encantando. ¿Quieres ver ejemplos?
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Vía: pinterest.com