¡Welcome back! La vuelta al cole llega siempre con algo de nostalgia y depre post-vacacional, pero a la vez con la ilusión de acometer nuevos proyectos y con una renovación general: nos apuntamos al gimnasio, decidimos aprender algo nuevo, ponemos a punto el cuerpo tras el desgaste veraniego, actualizamos el armario…
Por supuesto esta renovación llega también al hogar, por lo que hemos decidido dedicar este primer post del nuevo curso a la decoración del dormitorio, y en concreto, a la ropa de cama otoñal.
Diferencias entre colcha, edredón y funda nórdica
Antes de empezar, hay que aclarar que existen básicamente 3 modos de vestir la cama de cara al otoño, que dependerán por un lado de los gustos y preferencias de cada uno, así como de nuestra temperatura corporal (lo calurosos o frioleros que seamos):
Colchas
Son la opción más ligera de cubrir la cama para estos primeros vientos de otoño. Se trata de prendas de espesor fino y gramaje inferior a los 150 gr. que pueden llevar (o no) un ligero relleno interno cosido al tejido (y que por tanto no podrá extraerse). Suelen emplearse para cubrir tanto camas con sábanas (si los días son aún calurosos) como con mantas añadidas para los días más frescos.
Gracias a su ligereza, caen sobre la cama de forma natural encajando perfectamente en las esquinas. Existen básicamente 3 tipos de colchas en el mercado:
* Colcha estándar o colcha pañuelo: No llevan relleno, pueden ser de diversos materiales (punto, lana, algodón, tejidos sintéticos, etc.) y marcan perfectamente el contorno del colchón, marcando las esquinas a 90 grados. Se suelen usar a modo de cubrecama decorativo para las noches de verano.
* Colchas bouti: Tienen un pequeño guateado en forma de cuadraditos que las hace algo más mullidas y esponjosas que las convencionales, además de algo más calentitas para esas primeras noches frescas del otoño o para evitar la manta.
* Copicolchas: al igual que las bouti, llevan un pequeño relleno incorporado, solo que en formato distinto al de los pequeños cuadros.
Edredones
Son colchas con relleno de fibra no desenfundable de distintos gramajes (lo más habitual son unos 250 gr.), fabricados con distintas texturas y tejidos unidos a la fibra con pespuntes para sujetar bien el relleno. Suelen venir guateados en formato de grandes cuadrados, aunque los hay de distintos diseños y modelos.
Los edredones sustituyen a las mantas, pero no a las sábanas y suponen un paso más respecto a las colchas en cuanto al abrigo de la cama. Son la opción más habitual en las casas españolas, aunque las fundas nórdicas le están ganando terreno. Los tipos más habituales son dos:
* Edredones conforter: Fabricados de una sola pieza, llevan el relleno repartido por todo el edredón en su conjunto, y suelen incorporar una botonera en la parte inferior para abrocharla a los laterales que cuelgan a ambos lados del somier para que la cama quede perfectamente encajada.
* Edredones con volantes: Llevan el relleno únicamente en la parte superior (la que abriga la cama), dejando el tejido de los laterales sin guata para que la cama quede mejor vestida.
Además de estas dos tipologías, podemos oír hablar del edredón ajustable (también denominado saco nórdico, especial para camas infantiles que se ajusta al colchón como si de una sábana bajera se tratara para evitar que los niños se destapen al moverse), y del edredón nórdico, que no es más que otra forma de denominar a la funda nórdica que tratamos a continuación.
Fundas nórdicas
Consisten en un tejido o funda (normalmente 100% algodón o mezcla de poliéster y algodón al 50%) que incorpora un relleno de plumas, plumón o de fibra sintética de poliéster que generalmente va a juego con la almohada.
La funda nórdica se diferencia del edredón en el grosor del relleno (mucho mayor, normalmente de 350 gr., aunque puede llegar a los 500 gr.), en que son desenfundables, y por tanto no se lavan directamente sino que hay que sacar el relleno primero, y en que las esquinas de la cama nunca quedarán perfectas, sino como “flotando”, a diferencia de las colchas o edredones que sí marcan los 90 grados en las esquinas.
Además, la funda nórdica sustituye tanto a la manta como a la sábana encimera, pues su tejido es lo suficientemente suave como para entrar en contacto con el cuerpo y por tanto deberá lavarse con mayor frecuencia que un edredón o una colcha.
Los tipos de funda nórdica varían sobre todo en el grosor de su relleno, pudiéndose encontrar fundas de invierno, fundas de entretiempo y fundas mixtas. Estas últimas suelen incorporar en su interior ambos rellenos (uno grueso de invierno y uno fino de entretiempo de unos 100 gr.) de forma que pueda utilizarse la misma funda durante todo el año, sacando o metiendo uno, otro o ambos rellenos dependiendo de la temperatura exterior.
¿Cual utilizar?
Aunque es cuestión de gustos, a nivel práctico lo más habitual es utilizar una colcha para las noches tardías de verano en el que el fresco empieza a colarse por las noches, un edredón para entretiempo y una funda nórdica para el invierno.
Colores y estampados
En el mercado existen cientos de modelos de todos los tipos y colores: lisos, estampados, bordados, guateados… Por tanto, lo ideal será definir primero el estilo del dormitorio y en base a ello dejar para el final la elección de la ropa de cama.
Una opción muy habitual para ambientes contemporáneos, sobrios y elegantes es optar por tonalidades completamente lisas, como los grises y marengos para dormitorios de estilo masculino o beiges, visones y rosa palo para habitaciones más luminosas o femeninas.
Las tonalidades abiertamente marrones son también muy típicas de esta época del año.
Por supuesto, siempre podremos optar también por el color blanco, apto para todas las estaciones, si bien en este caso puede complementarse con paredes en tonos más oscuros o cuadros enmarcados en madera.
Los que busquen algo más de color y alegría, pueden optar en cambio por tonalidades más vivas y estampados de diversos tipos, bien eligiendo los colores más puramente otoñales, como naranjas, marrones y verdosos o bien, si buscamos algo más de luminosidad, optando por amarillos o verdes con motivos arbóreos o florales.
Aquellos que buscan un estilo mixto, es decir, alejarse de la sobriedad de los estilos lisos sin llegar a los estampados figurativos o colores chillones, pueden optar por motivos geométricos más modernos, como rayas o círculos, pero manteniendo las tonalidades neutras como grises, blancos o neutros:
Por último, los amantes de los azules, deberán optar en este caso por sus vertientes más oscuras para adecuarse a la época, como los marinos o las mezclas oscuras con algo de turquesa, ya sea en lisos o en estampados, en combinación o no con el blanco.
También se puede optar por fundas reversibles, de modo que durante el verano mantengamos vista la tonalidad más clara y en otoño-invierno la más oscura.
Estilos decorativos
El estilo o ambiente general que queramos imprimir al dormitorio condicionará el tipo de cubrecama, la forma de colocarlo y la cantidad de cojines que pongamos sobre el mismo.
Estilo clásico renovado
Los amantes de este estilo deben optar por ropa de cama basada en colchas o edredones sin guata que dejen la cama perfectamente hecha. Los cojines pueden ser más o menos, pero siempre bien colocados y con una cierta simetría. Puede optarse tanto por colores blancos que contrasten con el resto del mobiliario o paredes, o bien optar por estampados jaquard o de corte clásico.
Estilo contemporáneo
Los fans de este estilo suelen optar fundamentalmente por fundas nórdicas combinadas con cojines lisos y alguno que otro con motivos geométricos o distintas texturas para romper la monotonía. Tonos neutros, grises, blancos o azules encajan muy bien en este estilo.
Estilos vintage boho
Los fans de este tipo de estilos suelen optar fundamentalmente por ropa de cama con motivos estampados de diversos colores y una combinación de mantas, colchas o plaids de cama colocados de forma un tanto irregular, aportando carácter y una cierta sensación de cama deshecha, pero a la vez bien estudiada.
En cuanto a tonalidades, suele optarse o bien por tonos anaranjados, combinados con visones, grises y rosa palo, o bien por los de la gama cromática complementaria, como azules, turquesa o malvas.
Aires rústicos y románticos
Para imprimir un cierto aire rustic chic al dormitorio, nada mejor que combinar la ropa de cama con una pared o cabecero de madera y no salirse de los tonos blancos, visones y anaranjados.
Para darle un toque romántico pueden utilizarse mesillas de madera, complementos en mimbre, mantas y alfombras en piel de oveja y multitud de cojines sobre la cama.
Si en cambio se busca un ambiente más clásico sin llegar a la rectitud y perfección habitual de este estilo, lo ideal es utilizar sutiles estampados florales nacarados sobre ropa blanca o combinar una ropa de cama más atrevida con complementos de corte más clásico, como lámparas araña modernas o figuritas sobre el dintel de la chimenea.
En fin, múltiples opciones para comenzar septiembre con buen pie con colchas, edredones y fundas nórdicas adecuadas a esta época del año. ¡Que las disfrutéis!
Vía: pinterest.com
Me gusto mucho este articulo, para otoño están padres las opciones.
Tener un juego de colchas y cubre sofás diferente para cada época del año es muy apropiado. De esta forma, nunca tendrás demasiado calor o frio por haber pasado algo de tiempo sentado o tumbado en tu cama. Existen muchos tejidos con un montón de propiedades perfectas para camas y sofás.
Efectivamente, y además, estéticamente también ayuda muchísimo a cambiar la decoración de un espacio según la estación (más fresco en verano y más cálido en invierno).