Si saliéramos a la calle micrófono en mano y preguntáramos a cualquiera con qué mueble de su casa se quedaría, sin duda el 90% elegiría el sofá.
Junto con la cama, es probablemente la pieza de mobiliario más importante de la casa y donde más tiempo pasamos.
En él charlamos, dormitamos, descansamos, nos sentamos, nos tumbamos… ¡y hasta comemos!
Además, por su volumen, tiene mucha presencia visual en el salón, por lo que su elección tiene un punto complicado, ya que aquí funcionalidad y estética tienen que ir particularmente de la mano.
Así que vamos a ver en este artículo cómo es un sofá y qué tenemos que tener en cuenta a la hora de elegirlo para que cuentes con toda la información.
Qué tener en cuenta al elegir un sofá
Un sofá se compone fundamentalmente de tres partes: estructura, relleno y tapicería, y a las tres hay que darle la importancia adecuada.
Por su parte, las principales características a las que debemos poner atención al elegirlo son su resistencia, calidad, textura y limpieza.
Y para que un sofá resulte cómodo y ergonómico tendrás que probarlo y fijarte en lo siguiente:
- la zona lumbar (los riñones deben quedar protegidos)
- los pies, en el suelo (que al sentarte no te queden colgando)
- rodillas cómodas (que el asiento no presione la parte posterior de las rodillas)
- las caderas (no deben quedar a un nivel inferior a las rodillas cuando te sientes)
- la cabeza (si tiendes a recostarte, no deberá quedar en el aire ni echarla muy hacia atrás)
- el reposabrazos (debe estar a la altura del codo para poder apoyarlo con comodidad)
Tipos de sofá
Sofás los hay de mil tipos y colores, así que a la hora de clasificarlos puede hacerse según distintos parámetros. ¡Vamos con ellos!
Según su forma y tamaño
De acuerdo con esta característica podríamos clasificar los sofás en distintos tipos:
- Sofá curvo u orgánico (de formas redondeadas)
- Sofá recto 2 plazas (ideados para dos personas)
- Sofá recto 3/5 plazas (para tres o más personas)
- Sofá chaiselongue (sofá con un lado más largo sin respaldo)
- Sofá en L o rinconero (llevan respaldo en ambos lados de la L)
Dentro de este último tipo los hay tradicionales, que forman una L más o menos perfecta, y panorámicos, que forman una U y son de gran tamaño)
Según el respaldo
De acuerdo con la altura y funcionalidad del respaldo podemos clasificarlos en:
- Sofá de respaldo alto (por encima de los 90cm. aprox.)
- Sofá de respaldo bajo (por debajo de los 80cm. aprox.)
- Sofá elevable (el respaldo se eleva a distintas posiciones)
- Sofá deslizante (se desplaza hacia atrás o adelante dejando más o menos hueco al asiento)
- Sofá abatible (la parte superior del respaldo se abate hacia atrás para dejarlo bajo cuando no se usa y que resulte así más estético)
Según su estética
En este caso los clasificaremos según sus características más visuales:
- Estilo: sofá de estilo clásico, contemporáneo, vintage, boho…
- Tipo de tapizado: sofá de piel, de chenilla, natural, sintético, con costuras…
- Color: sofá monocromático, bicolor, estampado, etc.
Según su armazón
También podremos clasificar los sofás atendiendo a cómo estén construidos:
- Según su estructura: de madera, metálico, de aglomerado, de gomaespuma
- Según sus patas: sin pata, de pata alta, de pata baja, de madera, metálica…
- Según sus brazos: de brazo fino, de brazo ancho, de brazo alto o bajo, sin brazos…
Según su función
Finalmente, también podremos encontrar distintos tipos de sofás atendiendo a su funcionalidad:
- Sofá cama (convertible en cama individual o doble según necesidades)
- Sofá modular (formado por módulos que pueden recomponerse)
- Con accesorios (arcones, reposacabezas, mesa auxiliar, librerías, tomas usb, etc.)
- Con mecanismos manuales, que se activan con el movimiento del cuerpo (ej. respaldos reclinables o asientos deslizantes)
- Con mecanismo eléctricos, que se activan con botones y necesitan energía eléctrica (ej. reclinables, deslizantes, levantapersonas, con función masaje, con altavoces, etc.)
Eso sí, respecto a los sofás cama, ten en cuenta que requieren un capítulo aparte porque éstos a su vez pueden encontrarse en muy diferentes tipologías, así que si eso es lo que buscas, revisa este artículo que hicimos sobre sofás cama para completar éste.
Otras categorías
Aunque las anteriores son las categorías principales para definir un sofá, también podrás encontrarte otras clasificaciones, como sofá estándar (con medidas determinadas) o a medida, sofás de diseño, con almacenaje, etc.
La tapicería
El tejido a elegir dependerá del uso que se le vaya a dar, la preferencia al tacto o las necesidades especiales (por ejemplo si vives con niños y necesitas una tela antimanchas, etc.)
No todas las telas valen para tapizar un sofá, ya que deben ser más resistente que otras utilizadas para otros fines (ej. cortinas). Las más habituales son:
- Algodón: fresco, confortable, resistente, suele arrugarse
- Lino: natural, controla la humedad, suele arrugarse
- Loneta: tejido de algodón resistente y grueso, aguanta y no se arruga
- Chenilla: cálido, agradable al tacto y resistente a la arruga. Es habitual encontrarla en tejidos de poliéster, acrílicos o algodón
- Tejidos sintéticos: firmes, resistentes, antimanchas, versátiles
- Terciopelo: suave, sofisticado y elegante
- Otros: lana, piel, etc.
Tipos de estructura
La estructura es el armazón del sofá, lo que le da cuerpo a la pieza.
Los materiales más habituales para la estructura del sofá suelen ser los siguientes:
- Madera maciza (pino, abeto o haya): son robustos y llevan más aros cuanto más tratada esté la madera. Suele recubrirse de gomaespuma de alta calidad y fibra termofusionada.
- Estructura metálica (aluminio, hierro, acero): son muy resistentes, recomendables si se cambia a menudo de casa (ideal para mudanzas), aunque son más caros que los de madera.
Las de aluminio además son ideales para incorporar mecanismos (ej. sofás cama) y las de hierro pueden oxidarse en climas húmedos. - Aglomerado de madera: son menos duraderos (pueden deformarse y estropearse con un uso intenso continuado) pero son los más económicos, por lo que pueden ser interesantes para pisos de alquiler.
También existen armazones realizados en gomaespuma de alta calidad.
Bastidores
Forman parte de la estructura, aunque llevan consideraciones distintas.
Se puede considerar como bastidor al esqueleto de los asientos, que junto a la estructura elástica forman el interior del sofá y el soporte sobre el que se asienta (pueden existir también en respaldos, aunque es menos habitual).
Los más comunes vienen cerrados con cinchas elásticas entrecruzadas que se tensan y grapan al armazón.
A veces las cinchas ceden o se descuelgan, que es lo que pasa cuando sentimos una sensación de hundido en el sofá.
También existen cinchas entrecruzadas con muelles, bastidores metálicos y bastidores de muelles bicónicos (antiguos), hoy usados solo en sofás de estilo clásico de muy alta calidad y precio.
Las patas
Las patas pueden ser parte de la estructura del sofá o atornillarse aparte. Las primeras son más seguras y las segundas permiten intercambiarse cuando se quiera.
Las patas pueden clasificarse según distintos parámetros:
- Según su altura: alta, baja, graduable o sin pata (tipo chill-out)
- Según su material: madera, metal, lacada, de PVC
- Según su forma: varían según la forma o estructura de la pata, como por ejemplo:
– Recta o lingote => pata rectangular de unos 4 cm de altura
– Cuadrada => pata bajita de forma cuadrada
– En escuadra => en forma de L, de unos 6 cm de altura
– Cónica => de unos 10 cm de altura, práctica a la hora de limpiar
– En U => estructura en forma de U que el fondo del sofá
Algunas patas además pueden llevar accesorios, como altavoces de música ocultos.
El relleno
El relleno del sofá es casi tan importante como la tapicería y suele combinar distintos materiales.
Cada persona tiene sus preferencias a la hora de sentarse (sofás firmes, blandos, mullidos…), por lo que cada relleno será diferente.
Entre los rellenos más habituales tenemos:
- Pluma o plumón: es un material natural, el más cómodo pero a la vez el más caro, pierde volumen con el tiempo y requiere mantenimiento. No es recomendable para el sofá de diario.
- Espuma: es económico y duradero, aunque algo duro (la estándar no se amolda al cuerpo al sentarse). Viene en distintas densidades:
La de baja densidad (20Kg), de firmeza suave o media se usa para respaldos.
La de alta densidad (35Kg), llamada también espuma HR, de alta resiliencia o espuma de poliuretano, se utiliza para asientos, es muy duradera, resistente al desgaste y la flacidez, y permite elegir entre distintas firmezas.
La espuma con memoria (también llamada placa soft) es una nueva gomaespuma que se adapta al cuerpo y recupera rápidamente la forma. Ideal para personas con dolor muscular, aunque si soporta mucho peso mucho tiempo se deforma. - Fibra: suele ser de poliéster y genera sensación de “hundimiento”. Puede ser soplada (muy suave) y de bolsillo (esponjosa y “rebotadora”).
La fibra hueca siliconada o de poliéster siliconado es muy cómoda y recupera rápidamente la forma. Suele utilizarse para respaldos y brazos, aunque no se aconseja en climas muy cálidos porque el calor la deforma. - Poliéster: económico, liso, duradero e hinchable y viene en varias densidades. Existe con imitación a plumón para personas con alergias
El ply-a es flácido y no se recupera cuando está sentado. En forma de racimo se usa mucho en cojines por su firmeza y durabilidad. - Guata: en algodón, lana o poliéster, suele usarse en cojines de espuma para mantener el relleno suave.
¿Y la estética? Tips finales para elegir sofá
Como vemos, a la hora de elegir un buen sofá hay que tener muchos temas en cuenta.
Además, el sofá es uno de los pocos elementos de la casa que es necesario probar (no se recomienda escogerlo por catálogo sin haberse sentado al menos en uno similar a menos que sea para una sala de espera donde no se vaya a usar mucho).
Pero además de todo lo anterior, y una vez seleccionadas las características que más se amoldan a nosotros, no podemos dejar de lado la estética, ya que al ser el sofá un elemento muy voluminoso, si no se escoge de acuerdo a ella puede arruinarnos la belleza de todo un salón.
Así que no podemos terminar este post sin dar algunos tips para elegir un sofá bonito. ¡Allá van!
- Por estética, los asientos del sofá deberían ser de un mínimo de 80cm de anchura (en los sofás de 3 plazas quedan mejor dos asientos más anchos que tres más estrechos)
- Los sofás rinconeros rectos quedan mejor con el módulo de esquina cuadrado (en lugar de en chaflán, aunque éstos sean más prácticos, ya que permiten sentarse en la esquina)
- Los sofás rinconeros quedan más estéticos si el respaldo de uno de los lados no llega hasta el final o si en un extremo no lleva brazos
- Cuanto más bajo el respaldo (salvo en sofás de diseños especiales), más estético quedará y más amplitud visual aportará al salón, aunque serán menos prácticos (80-85cm puede considerarse s una altura equilibrada, ni muy alta ni muy baja)
- Para mejorar la ergonomía de la cabeza sin renunciar a la estética, se puede optar por accesorios sueltos o reposacabezas
- También se puede optar por respaldos elevables, que son más estéticos que los abatibles
- Estéticamente quedan mejor los sofás cuya estructura de respaldo coincide con el almohadón que aquellos que dejan ver la estructura a los lados
- Sólo existe una excepción a lo anterior: cuando el respaldo continúa a la altura del brazo (sofás envolventes)
- Si buscas ligereza visual o ampliar visualmente el espacio, los sofás con patas y los de formas curvas funcionan mejor que los rectos o los que van a suelo.
Y para terminar, también un par de tips prácticos 🙂
- Cuando las patas forman parte de la estructura (no atornilladas) el armazón será más seguro y no se aflojarán al moverlo. Para comprobarlo, prueba a levantar una pata por el lado delantero y mira si la otra queda a igual altura
- Las patas cromadas son ideales para suelos duros y sofás de exterior (césped), mientras que para suelos delicados o deslizantes serán mejor las de madera (aunque tendrás que poner atención cuando friegues porque la madera se hincha con el agua)
- Cuando pruebes un sofá, hazlo de distintas formas (sentado, medio tumbado, etc.) y trata de que lo prueben todos los que lo vayan a usar
- Y si tienes una roomba y quieres limpiar bajo el sofá, busca una pata con 10cm de altura por lo menos.
¡Y ya está, ahora sólo te queda elegir!
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