A veces, lo que más puede llamar la atención de un espacio o lo que puede hacer un ambiente acogedor no es tanto lo que se ve como lo que no se ve.
Una luz cálida indirecta, una vela, un olor especial… Los humanos percibimos con los 5 sentidos, aunque sea el de la vista el que creamos que nos domina, así que hoy vamos a dedicar este post a cómo jugar con la iluminación y los aromas para conseguir ambientes cálidos y acogedores.
Ambos nos ayudarán no sólo a percibir las estancias más bonitas, sino a mejorar nuestro estado de ánimo, aumentar nuestro confort y a dar un toque personal a cada habitación.
¡Vamos allá!
Aromas que invitan a quedarse
En nuestro cerebro, el olfato tiene una conexión directa con nuestras emociones y recuerdos.
Por eso, elegir un aroma especial para la casa puede hacer que percibamos más positivamente un hogar o sintamos un ambiente acogedor más cercano a nosotros.
Si quieres potenciar este efecto, aquí van algunas ideas para añadir un aroma especial a una estancia.
1. Velas aromáticas
En el mercado existen varios tipos de velas para decorar, pero dentro de ellas, las que provocan un efecto más potente son aquellas que aúnan luz y aroma a la vez: las llamadas velas aromáticas.
Además de su luz, estas velas perfumadas son un modo perfecto de llenar una habitación con un aroma sutil sin necesidad de utilizar un ambientador.
Dependiendo de tus gustos, de la época del año o del sitio donde vivas te convendrán unas u otras.
Por ejemplo, puedes optar por fragancias cálidas y dulces como la vainilla, el ámbar o la canela para los meses de otoño/invierno o para zonas frías
En cambio, en primavera y verano o en zonas cálidas, lo ideal será optar por aromas frescos como la lavanda o el jazmín, colores primaverales o velitas flotantes sobre cuencos de agua.
2. Difusores de aceites esenciales
Los difusores de aceites esenciales son ideales para crear una atmósfera relajante.
Existen por un lado los difusores de agua, en los que los aceites esenciales se diluyen y expanden su aroma de forma natural y los difusores ultrasónicos, que funcionan por ondas, por lo que al no utilizar ni agua ni calor, mantienen los aceites en su esencia más pura, por lo que resultan ideales para aromatizar la casa.
A la hora de elegir el aceite esencial más idóneo, ten en cuenta que mezclas como el eucalipto y la menta refrescarán el ambiente si eso es lo que buscas, mientras que combinaciones de naranja y cedro invitan a la calma y son más adecuadas para aportar calidez.
3. Ramos de flores naturales
Las flores frescas no sólo embellecen el espacio y le dan vida, sino que también aportan su fragancia natural. Eso sí, tienes que elegir flores que huelan, puesto que no todas lo hacen en la misma intensidad.
Las rosas, el azahar, el lirio de los valles o incluso un ramo de hierbas aromáticas como el romero, la lavanda o la hierbabuena pueden ser opciones perfectas para aromatizar la casa.
4. Incienso y pastillas perfumadas
El incienso es perfecto para momentos de meditación o relajación, mientras que las pastillas perfumadas o perlas aromatizadas de cerámica son ideales para colocar en cajones, estanterías, armarios o rincones discretos.
Eso sí, en algunos casos el incienso puede resultar embriagador o especialmente intenso para algunas personas, por lo que te recomendamos usarlo con moderación o centrarlo en aquellos estilos decorativos más ligados a Oriente (como el estilo zen, el japandi, el wabisabi o el estilo oriental).
5. Limpieza y ventilación
Ningún aroma artificial puede reemplazar la agradable sensación de un espacio limpio y ventilado.
Así que, abre las ventanas regularmente para renovar el aire y limpia con productos que dejen un olor fresco y agradable.
Esto es especialmente efectivo en los baños, típica estancia en la que el mal olor puede hacer un mayor acto de presencia, por lo que cuídalo especialmente en este área.
Un truco que siempre funciona es dejar secar la ropa limpia en un tendedero portátil: el aroma del suavizante se impregnará en el ambiente de la estancia en que se deje a secar. ¡Lo notarás nada más entrar!
La magia de la iluminación
La iluminación es otro de los factores fundamentales en la recreación de un ambiente acogedor a la hora de diseñar un interior.
Con luz se pueden conseguir efectos espectaculares y ninguna otra herramienta tiene la potencia de la iluminación para decorar una estancia (¡ojo, o estropearla si no se usa bien!).
Algunas de las estrategias que puedes aplicar para conseguir una iluminación adecuada son las siguientes:
1. Capas de luz
Combina diferentes tipos de iluminación: general, puntual y ambiental.
Por ejemplo, utiliza una iluminación de techo como luz principal, una lámpara de sobremesa para zonas de lectura o junto al sofá, y unas bolitas de luz o tiras de LED suaves e indirectas para resaltar detalles decorativos o generar atmósferas tranquilas.
Truco: el uso de velas, como veremos posteriormente, potencian el efecto tranquilizante de la iluminación indirecta.
2. Temperatura de la luz
Opta por bombillas de luz cálida (2700K-3000K) en toda la casa (si la cocina es independiente igual ahí te puedes permitir hasta un 4.000K, pero no más).
Ten en cuenta que una temperatura cálida es un tipo de iluminación que emula la luz natural al atardecer, generando esa que buscamos en todo ambiente acogedor.
Si no sabes qué temperatura tienen las bombillas que compres, míralo en la caja: este dato es obligatorio y viene en todas ellas.
3. Reguladores de intensidad
Instalar “dimmers” o interruptores que regulan la luz te permitirá ajustar su intensidad según el momento del día o el estado de ánimo que desees crear.
Ten en cuenta que una luz tenue por la noche invita a la relajación, mientras una luz intensa de día si vives en un interior sin mucha luz hará que te sientas más vital.
4. Velas
Las velas no sólo ofrecen una luz suave y parpadeante, sino que también añaden un elemento romántico y tradicional a cualquier estancia.
Existen distintos tipos de velas en el mercado, por lo que puedes elegirlas para todos los gustos: grandes, pequeñas, anchas, alargadas, de llama artificial, lisas o con formas…
Puedes colocarlas en candelabros, faroles o simples recipientes de cristal y son ideales en espacios como el baño cuando uno pretende darse un baño relajante o en el salón o comedor cuando se busque un espacio romántico.
5. Lámparas decorativas
Elige luminarias que complementen tu estilo decorativo y se conviertan también en un punto focal.
Por ejemplo, las lámparas de cerámica combinadas con tejidos naturales, como el ratán o el lino, aportarán calidez y textura a la vez.
También son interesantes para crear un efecto acogedor las lámparas de piedra, las de papel (especialmente indicadas para transmitir una luz difusa en todas las direcciones) y las de terracota.
La combinación perfecta
Para lograr un ambiente realmente acogedor, la clave está en combinar de manera armónica la luz y el olor, y hacerlo de forma que cuadre con el resto de la decoración.
Por ejemplo, durante una cena íntima, puedes utilizar velas aromáticas y una luz tenue.
En cambio, en un día de descanso, un difusor con aceites esenciales relajantes junto a una luz cálida pueden ser la elección perfecta.
La cuestión clave es tener a disposición varias herramientas para iluminar o esparcir aromas y usar en cada caso los más adecuados o aquellos con los que nos sintamos más a gusto.
En resumen, la luz y el olor son herramientas muy poderosas para transformar un espacio en un ambiente acogedor que funcione como nuestro refugio.
Lo ideal es que experimentes con diferentes combinaciones hasta encontrar las que mejor se adapten a tu estilo y necesidades.
Y recuerda que, como dijo Mies Van der Rohe, Dios está en los detalles: una luz bien colocada y un aroma adecuado pueden marcar la diferencia entre un espacio simplemente funcional y uno que vaya más allá, invitando al visitante a quedarse y disfrutar.
Así que anímate y ¡abre tu casa a otros sentidos!