Decoración de salones en dos colores

Hoy queremos despedir la semana con vitalidad, y para ello dedicamos este post a la decoración de salones en dos colores, una modalidad sólo apta para atrevidos que deja de un lado el minimalismo y el carácter monocromático para traer vida al hogar.

Y decimos “sólo para atrevidos” porque a la hora de decorar el salón la gente suele ser muy conservadora, y o bien se decantan por tonos neutros o suaves que transmitan serenidad, o bien les atrae el color pero les da miedo “cansarse”.

Sin embargo, si te gusta el color pero temes no elegir bien o pasarte de frenada, una buena opción es hacerlo poco a poco:

Lo primero a tener en cuenta es el color y tono del suelo, ya que es un factores inamovible a menos que decidas instalar uno nuevo. Contando con ello podrás elegir los colores que más te gusten y comprobar cuáles encajan mejor con tu pavimento.

A continuación, estudia la teoría del color: piensa si te gusta más el contraste o la armonía, y en base a ello opta por colores complementarios o de la misma gama cromática.

No te olvides tampoco de la psicología del color. Los colores vivos poseen cualidades cromáticas que afectan directamente a nuestro estado de ánimo y que según el carácter que tengamos provocarán unas u otras sensaciones. Intenta que los colores elegidos cuadren con cómo quieres sentirte en casa o qué emociones quieres potenciar.

Una vez estudiado lo anterior, del listado que te haya salido de colores adecuados, elige dos como tonos principales para no arriesgarte con un multicolor y distribúyelos con pequeños toques en la decoración de tu sala de estar (cojines, alfombras o algún complemento decorativo son candidatos perfectos para ello). Puedes usar uno de los dos (el más claro) para grandes superficies como paredes o piezas clave del mobiliario y el otro para estas pequeñas cosas.

Por supuesto, si quieres arriesgar menos, puedes optar por un color fuerte y otro que tire a neutros (gris, blanco o negro). Por ejemplo, podrías optar por un “gris azulado” o un “crema” como color base y utilizar el otro como punto focal que se lleve todas las miradas.

Si aún así no acabas de saber por dónde tirar, vamos a ver unas cuantas combinaciones de salones en dos colores por si te sirven de inspiración:

Azul y Rojo (o Rosa)

El azul y el rojo son colores complementarios, es decir que contrastan el uno con el otro por ser opuestos. El rojo aporta vitalidad mientras que el azul se caracteriza por generar serenidad y propiciar la concentración. Si los combinas conseguirás un espacio vibrante y muy personal, aunque al ser ambos muy fuertes ambos te recomendamos optes por azulados que tiren al gris.

También puedes emplearlos en sus versiones pastel para dulcificar el ambiente o conseguir un contraste menos acusado.

Si por el contrario buscas diferenciarte, prueba a combinar un azul marino con un rosa palo y conseguirás un ambiente más sobrio y alternativo a las tonalidades habituales.

Gris y Amarillo

Otra combinación ganadora es el gris y el amarillo, el uno por su carácter sobrio y el otro por su luminosidad y alegría, forman el binomio perfecto en la decoración de salones en dos colores. Si te decantas por esta opción lo más recomendable es apostar por usar el gris en el 80% de la estancia y colocar el amarillo en pequeñas pinceladas a través de los complementos.

Amarillo y Azul

El azul claro y el amarillo son colores que aportan mucha luz y vitalidad a la decoración. El primero está más asociado a la frescura y el segundo más a la calidez.
Si los empleas juntos conseguirás un ambiente de alto contraste cromático, por lo que es recomendable darle preferencia a uno sobre el otro para conseguir cierto equilibrio visual.

Rosa y Gris azulado

El color rosa es muy potente visualmente, aunque tiende a limitarse al ámbito femenino. Sin embargo, matizándolo hacia el rosa palo (que tiene un punto anaranjado) u oscureciéndolo hacia el burdeos (más elegante) se consiguen ambientes algo más neutros válidos para todos los públicos.

En cualquier caso, si eres amante de este color, el tono con el que más combina es con el gris, ya sea en su forma más pura o en sus variantes más azuladas.

Verde y Amarillo

El verde y amarillo forman una combinación muy adecuada, al hallarse frecuentemente juntos en la naturaleza. Ambos son colores armónicos y alegres que pueden emplearse en la decoración de salones jugando con sus diferentes grados de luminosidad.

Así, el verde manzana o el amarillo limón resultan más juveniles y atrevidos, mientras que el verde botella o el amarillo mostaza se emplean en ambientes más sobrios. También puedes optar por aplicar una mezcla de ambos para conseguir un espacio muy elegante, por ejemplo, combinando un verde oscuro como base y un amarillo vivo en alguna pieza de mobiliario o en algún complemento.