Cuando tenemos que seleccionar los materiales para la reforma de una casa, siempre pensamos en azulejos, suelos, puertas, pintura… Nunca nos acordamos de ese pequeño pero importante detalle que es el rodapié.
El rodapié tiene muchas funciones: Sirve para esconder el hueco que se deja entre el muro y el pavimento para que el material dilate sin problema; lo utilizamos para pasar cables por detrás; para evitar que las paredes de pintura se manchen al fregar el suelo…
Sin embargo, poca gente tiene en cuenta que también sirve para decorar.
Cuanto más alto más prestancia dará a la casa, pero deberá estar en proporción a la altura del techo (un rodapié de 25cm no quedará bien en una casa con techos de 2,5m). Lo estándar suele ser 7, 12 y 15cm.
Suele ponerse a juego con las puertas, aunque también con el suelo o con el color de la pared. El material más común es DM, aunque también los hay de madera, lacados (más delicados) o pintados del color de la pared.
En cuanto a formas, la decoración minimalista tenderá a usar rodapiés rectos (en ángulo de 90), la clásica, diseños más barrocos moldurados.
También hay “cubrerodapiés” metalizados o de otros materiales que tapan rodapiés anteriores, útiles cuando queremos por ejemplo hacer un relooking de nuestra vivienda o un home staging y cambiar la apariencia de nuestra casa sin hacer reforma.
El rodapié se compra por metro lineal y la mayor parte de las veces se elige entre modelos estándar.
Pero si no encontramos uno que nos guste siempre podremos diseñarlo nosotros y entregárselo a un carpintero para que nos haga nuestro propio rodapié personalizado.
Y si está empezando a reformar tu casa desde cero, te aconsejamos que antes de todo te planifiques la vivienda. ¿No sabes cómo hacerlo? Te presentamos nuestra guía sobre cómo hacer un plano y aprenderás como un profesional por menos de lo que te cuesta un libro.
Vía: pinterest.com