Cuando uno se empieza a adentrar en el mundo del Feng Shui o se compra varios libros de los que existen a la venta en las librerías, puede llegar a volverse loco con la cantidad de escuelas, subescuelas, interpretaciones y formas de hacer las cosas.
En realidad, para simplificar podríamos decir que en el Feng Shui hay dos escuelas principales: San He (la escuela de las Formas) y San Yuan (la escuela de la Brújula).
La primera (que traducido significa “Tres Armonías”) está basada en la observación del paisaje, las formas de las montañas y ríos (en medio rural) o de los edificios y calles (en medio urbano) y en encontrar la mejor ubicación para aprovechar el flujo del chi. Es muy fácil de entender, aunque es difícil de poner en práctica porque en algunos casos requiere mucha experiencia (como en la observación del paisaje-) y su análisis conlleva una cierta dosis de subjetividad. Puede aplicarse tanto al exterior como al interior de las viviendas, aunque las curas son complejas.
La segunda (que traducido significa “Tres ciclos”) se basa en la utilización de la brújula para ubicar los espacios más favorables. Es más compleja de entender pero una vez comprendida es fácil de aplicar, pues se basa en mediciones y cálculos y sigue unas normas y patrones establecidos. Las curas son más sencillas, fundamentalmente basadas en los 5 elementos.
No hay un consenso unánime sobre cuál de las dos es más importante y en realidad se utilizan de forma complementaria, aunque en general, para los expertos en Feng Shui tradicional el análisis de las Formas prioriza al análisis de la Brújula. En sucesivos post iremos desgranando el funcionamiento de ambas.
Y si lo que buscas es saberlo todo sobre este arte milenario, te encantará el curso de iniciación al Feng Shui que tenemos en nuestra escuela de interiorismo, con en él acabarás sabiendo hacer un estudio completo de Feng Shui para tu vivienda.
Vía: pinterest.com