Seamos sinceros, las chucherías no son sólo cosa de niños. A los que dejamos atrás la infancia hace ya algunos unos años nos sigue gustando dejarnos caer de vez en cuando por una tienda de chuches, y si además vamos acompañado de críos ya es nuestra perdición: imposible detener a un niño que nos contagia sus ansias por comer dulces.
Las marcas lo saben y algunas apuestan por un proyecto de diseño para su establecimiento que abarque ambos públicos, niños y adultos. Hoy vamos a ver cómo decorar ingeniosamente un local de chuches a través del análisis de dos curiosas tiendas de caramelos: una con una decoración más sutil y minimalista, donde los adultos la perciban más acorde a su edad, y otra que recrea los deseos más fantasiosos de los pequeños de la casa.
Vamos a comprobar cómo un mismo negocio puede concebirse de maneras totalmente opuestas. ¡Empezamos!
The Candy Room (Melbourne)
Este local, ubicado en el corazón financiero de Melbourne y diseñado por Red Design Group, atiende a un concepto más minimalista, alejado de los tradicionales establecimientos para niños, inundados de color y muñecos. Para ello, los diseñadores se han basado en la ilustración, utilizándola como único elemento decorativo.
A base de trazos negros sobre paredes blancas, los diseñadores han recreado espacios (como un una cocina en el lugar del mostrador), taburetes y complementos como cuadros, espejos, relojes, flores, libros etc. Han añadido también a los expositores falsos cajones y utilizando la misma técnica en el escaparate con caramelos blancos y negros dibujados sobre cartón y sujetos por pinzas a un cordel.
Esta tipo de decoración recrea un ambiente desenfadado, con un toque de humor, capaz de atraer a los niños por sus trazos infantiles (además de por sus productos obviamente) al mismo tiempo que invita a los adultos al alejarse de colores vivos más frecuentes en tiendas infantiles.
Candylawa Candy Store (Arabia Saudi)
En contraposición al anterior establecimiento, encontramos esta tienda diseñada por el estudio Redesign Group de 1800m2 en la que, entre otras cosas, venden caramelos y golosinas, cuyo mayor atractivo reside en la ambientación, que consigue transportarte a un mundo de ensueño. ¡Un paraíso para los peques!
Si antes nos adentrábamos en un espacio blanco y negro, únicamente roto por el color de los propios productos, ahora comprobamos cómo una amplia variedad cromática recorre expositores, suelos, paredes y techos.
Tan importante como el color son las formas adoptadas en este diseño: Vemos columnas trabajadas como si de un caramelo gigante se tratase, con espirales que la bordean ensanchándose al llegar al techo. Techos por otra parte decorados con cilindros que simulan caramelos, paredes recorridas por tuberías (como si fuese la propia fábrica de golosinas) y mostradores con formas de setas.
Se trata de varias zonas decoradas de forma distinta que se perciben como pequeños “mundos” donde los niños en familia pueden pasar una gran aventura.
Como habéis podido comprobar, siempre existen varias formas de abarcar un proyecto de decoración, según lo hagamos lograremos recrear un determinado ambiente y nos dirigiremos a un público u otro. Estas dos tiendas de caramelos de diseño son un claro ejemplo de ello. Y a vosotros ¿cuál os gusta más?
Vía: pinterest.com