¿Alguna vez te has cortado haciendo una visita a obra? ¿Quizás te ha caído polvo a los ojos? ¿o recuerdas haberte pinchado en un dedo del pie trabajando en el jardín?
Lo cierto es que cuando uno hace un seguimiento doméstico de un proyecto de reforma o de jardinería, solemos descuidar completamente las medidas de protección personal básica.
En esto casos, es crucial tomar medidas de seguridad para evitar accidentes y proteger la salud.
En realidad, tanto en el ámbito profesional como en el bricolaje doméstico, el uso de equipo de protección personal (denominado EPP) es vital para garantizar que las tareas se realicen sin poner en riesgo nuestra integridad física.
No obstante, aunque sabemos que la mayoría de las veces no se cumple, dedicamos este artículo a detallar a modo de guía completa las medidas de protección personal necesarias en cada parte del cuerpo para que luego tú decidas cuál o cuáles adoptas según el tipo de proyecto, la implicación en los trabajos y el riesgo que asumas.
1. Protección ocular
Los ojos son una de las partes del cuerpo más expuestas a diferentes peligros durante una reforma o en trabajos de jardinería. Astillas, polvo, químicos o partículas pueden entrar en contacto con ellos, lo que podría ocasionar daños graves (o incluso dejarte ciego en el peor de los casos).
Para evitar problemas, las principales medidas de protección personal en esta zona son dos:
- Gafas de seguridad: imprescindibles cuando se usan herramientas que generan polvo o escombros (como taladros, sierras, lijadoras, etc.), así como al manipular productos químicos en el jardín (como fertilizantes o pesticidas).
- Pantallas faciales: en casos de mayor riesgo, como el uso de sierras eléctricas (radiales) o herramientas de corte, se recomienda usar pantallas faciales que permiten cubrir un área más amplia, por si salta alguna chispa.
2. Protección respiratoria
El polvo, las partículas suspendidas y los vapores tóxicos son muy comunes en los proyectos de reforma o de jardín, especialmente cuando se trabaja con pinturas, adhesivos o abonos, que pueden afectar a la respiración.
Para protegernos de ellas, nada mejor que estas dos opciones:
- Mascarillas FFP2 o FFP3: viejas conocidas desde el COVID, estas mascarillas filtrantes protegen contra la inhalación de partículas finas y polvo. Su uso es fundamental en obras de reforma donde se manipulen materiales como el cemento, la madera o el amianto.
- Respiradores con filtros especiales: Si se utilizan productos químicos agresivos o pesticidas en la jardinería, así como determinadas pinturas en obras de vivienda, se recomienda un respirador con filtros específicos para vapores tóxicos.
3. Protección auditiva
Las herramientas eléctricas, como los taladros, las motosierras y las cortadoras de césped, pueden generar niveles de ruido peligrosos que, con el tiempo, pueden causar pérdida auditiva.
Si eres de los que te molesta el ruido o tienes que convivir con este tipo de herramientas a menudo, es importante que tapes el acceso a esta molesta “contaminación acústica” para evitar problemas futuro con un elemento esencial:
- Tapones para los oídos o protectores auditivos: dependiendo del nivel de ruido, puedes optar por simples tapones o auriculares de protección. Estas herramientas son esenciales en reformas que involucran maquinaria pesada o en trabajos de jardinería con motosierras o cortadoras. Además, los tapones también sirven para evitar la molestia de los ronquidos por la noche 😊.
4. Protección de las manos
El trabajo manual, ya sea en la construcción o en el jardín, implica el manejo de herramientas afiladas, materiales rugosos o productos químicos de diversos tipos. Las manos en estos casos están muy expuestas, pues trabajamos con ellas, así que debemos protegerlas sí o sí.
- Guantes de protección: existen diferentes tipos de guantes según la tarea. Los de cuero son ideales para trabajos con herramientas, mientras que los de goma o látex son más adecuados para manejar productos químicos o en tareas de jardinería donde se trabaja con tierra húmeda o abono.
5. Protección del cuerpo
Una ropa adecuada es esencial para evitar cortes, rasguños, quemaduras o la exposición a productos nocivos. Al igual que para ir a una fiesta nos ponemos un traje bonito, cuando visitamos una obra o trabajamos en el jardín, la ropa debe ser la adecuada, en especial, resistente y ajustada para evitar enganches.
- Ropa de trabajo resistente: los pantalones largos y camisas de manga larga son recomendables para evitar heridas superficiales (por ejemplo, evitar rasguños de ramas en la piel al trabajar en el jardín).
- Monos o trajes desechables: en tareas que involucren sustancias químicas peligrosas o polvo en gran cantidad, los trajes desechables protegen la piel de contacto directo con estos agentes.
6. Protección de los pies
Los pies suelen sufrir también muchísimo en este tipo de trabajos, al estar expuestos a caídas de objetos, perforaciones por clavos o vidrios rotos, así como al riesgo de tropezarnos con herramientas varias.
Para ello, es fundamental un calzado adecuado, como botas de seguridad diseñadas para una máxima protección o suelas que eviten que “derrapemos” si la superficie resbala.
- Botas de seguridad con puntera de acero: son fundamentales en reformas o trabajos de jardinería de gran envergadura donde existe el riesgo de caídas de objetos pesados o el uso de herramientas afiladas.
- Calzado antideslizante: en áreas donde puede haber humedad o superficies resbaladizas, el calzado antideslizante reduce el riesgo de caídas.
7. Protección contra caídas
En proyectos de reforma donde debamos trabajar a una cierta altura, como en instalaciones de techos (las lámparas también cuentan 😉) o en la poda de árboles altos en la jardinería, las caídas representan uno de los riesgos más graves.
Ten en cuenta que en el mejor de los casos la caída se queda en un moratón pero en el peor puede llevarnos a fracturas importantes o incluso a golpes que impliquen hemorragias internas que nos lleven a la muerte.
De ahí que cuando trabajemos en alto existan tres medidas fundamentales que nos pueden salvar la vida:
- Arnés de seguridad: más habitual en trabajos que requieran el uso de andamios o escaleras a gran altura, el uso de un arnés de seguridad correctamente anclado puede prevenir caídas graves.
- Redes o barandillas de seguridad: son esenciales en proyectos de construcción donde las alturas sean considerables.
- Alguien cerca: dado que en trabajos de interior o en jardinería doméstica quizás las dos anteriores herramientas sean complejas de instalar, a nivel “casero” no hay mejor protección que otra persona que te sujete la escalera o que esté ahí por si en algún momento resbalas, dado que estará atenta y mitigará el golpe.
8. Protección solar y contra el calor
Dentro de las medidas de protección personal más comunes, especialmente en tareas de jardinería al aire libre, están las que permiten protegerse de la exposición prolongada al sol y el calor, ya que pueden provocar quemaduras solares, insolaciones o golpes de calor.
- Protector solar y ropa adecuada: el uso de crema solar de alto factor de protección y ropa ligera pero de manga larga (tanto en brazos como en piernas) es recomendable para evitar daños derivados de los rayos UV.
- Sombreros, viseras y gorras: además de proteger la piel y los ojos, ayudan a mantener el cuerpo más fresco y a evitar cualquier insolación.
- Agua, agua, agua: si la temperatura exterior es especialmente elevada, como en algunos días de verano en zonas cálidas, no está de más llevar siempre una botella de agua para hidratarse por dentro, así como evitar el trabajo en las zonas centrales del día para evitar golpes de calor, mareos o cansancio extremo.
Una manguera o ducha exterior que nos permita mojarnos de vez en cuando también ayudará.
9. Medidas de protección personal adicionales
- Buena ventilación: en trabajos de reforma, garantizar una correcta ventilación del área de trabajo es clave, sobre todo si se emplean productos tóxicos o herramientas que generen polvo, para que puedan dispersarse cuanto antes.
- Sentido común: dicen que es el menos común de los sentidos, pero en trabajos de obra y jardinería es esencial no trabajar con prudencia, no abarcar más de lo que se pueda, trabajar con buena luz, dejar para el día siguiente lo que no se pueda terminar a una hora prudencial y no acometer por nuestra cuenta trabajos para los que no estamos preparados o no hemos hecho nunca.
En conclusión, tanto en proyectos de reforma como en jardinería, la adopción de hábitos de trabajo seguros y medidas de protección personal adecuadas no solo evitará accidentes, sino que protegerá a largo plazo la salud no sólo de quienes se dedican de forma recurrente a estas tareas sino de nosotros mismos aunque sólo estemos de visita en una obra.
Eso sí, uses lo que uses, recuerdarevisar las recomendaciones de seguridad específicas para las herramientas y materiales que utilizarás y asegúrate de que están en buen estado. ¡Tu seguridad es lo primero!