¿Qué pongo en esa pared? Un conjunto de muebles modulares

Seguro que más de uno se las ha visto y deseado para terminar de decorar esa pared que tanto se resiste. Piensas en cuadros, en papel pintado, tal vez en una pintura de un color distinto, etc. Pero también te das cuenta de que un poco de almacenaje no vendría mal, pero ¿cómo hacerlo? ¿Qué tipo de muebles elegimos para que nuestra pared no se vea muy abigarrada?

Hoy os traemos una solución a base de muebles modulares que nos proporcionan capacidad de almacenaje, un poco de diseño para la estancia y rompen la monotonía de esa pared lisa sin gracia alguna. Seguid leyendo porque os mostramos distintas opciones para jugar con este tipo de mobiliario.

Siguiendo un patrón

Como primera opción proponemos orden y concierto. Una retícula que nos permita crear una sensación de organización y limpieza.

Para ello no hay más que definir un patrón. En la primera foto vemos un ejemplo de ello, donde aparece una consola sobre la que se suspende unos módulos altos con divisiones de la misma anchura.

La segunda imagen presenta una estantería con huecos de iguales dimensiones, únicamente interrumpidos por otro módulo cerrado de distinto material.

Como alternativa, si queremos un poco de dinamismo pero sin llegar a pasarnos, también podemos elegir un modulo cuadrado o rectangular y dividir su interior asimétricamente, dejando unos huecos abiertos y otros cerrados sin orden aparente, como se aprecia en la última imagen.

Irregulares

Por el contrario, si nos gusta el dinamismo y nos aburren las divisiones perfectamente cuadriculadas, lo que nos puede funcionar es el almacenaje a base de módulos irregulares.

En este caso lo suyo es valerse de módulos de distintos formatos y acabados. Con ellos crearemos diferentes diseños que, en conjunto, conformarán nuestro mueble y decorarán la pared en el que lo coloquemos.

Módulos en esquina

Siguiendo el esquema del segundo punto, podemos ampliar nuestro diseño e ir más allá, concretamente a la pared contigua, creando una envolvente dinámica que podrá ser más o menos llamativa, según los colores que utilicemos y lo dispar que sean los módulos que elijamos.

De esta manera ampliamos la capacidad de almacenaje y convertimos el almacenaje modular en el protagonista de la sala.

Cubos sueltos

Cuando no necesitamos ampliar el almacenaje y lo que buscamos en realidad es decorar la pared, una buena idea es utilizar módulos sueltos salpicando la pared.

Según lo grande que sea podemos ayudarnos también de una balda o bancada baja que cerrará el conjunto y le dará sentido.

Estos módulos pueden estar unidos entre sí o separados. De cualquiera de las formas estarán creando un conjunto y conseguiremos vestir nuestra pared; sólo quedará añadirles unos libros, una pequeña planta o una figura decorativa para que el diseño esté completo.

Con una utilidad extra

Sumado a todo lo que hemos visto, podemos dar un paso más y añadir un aporte extra,  aparte del almacenaje en sí.

Y es que cuando creamos un conjunto de módulos a lo grande estamos creando la opción de añadirle por ejemplo un escritorio en esa balda que emerge del módulo cerrado contiguo o  una tele suspendida sobre una balda en medio o en un extremo de nuestro conjunto de muebles modulares.

Semiocultos

Y por último, si nos gusta la idea del almacenaje modular pero no tanto que se aprecie “caótico”, existe una opción que consiste en cerrar nuestro gran módulo con una “cortina”.

En los ejemplos de las fotos podéis ver a lo que nos referimos. Unos módulos muy bien mimetizados con su entorno, mismo color que la pared donde se colocan y el efecto que se consigue es armónico.

 

 

Otros ejemplos:

Para terminar no queremos irnos sin mostraros más ejemplos de muebles modulares que nos ayudan a decorar una pared y nos proporcionan un almacenaje extra que siempre viene bien.

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Vía: pinterest.com