Tan acostumbrados estamos en Europa occidental a esas Navidades frías, nevadas y de hojas caídas que se nos hace difícil pensar que en el otro medio hemisferio y en países de clima tropical brindan con champán en el jardín o celebran las campanadas en la playa.
Así que para todo esos decófilos que nos seguís desde Argentina, Australia, Chile o Brasil (y por qué no, desde Canarias, que nosotros también tenemos nuestro paraíso climático particular) va dedicado este post sobre persianas alicantinas.
Sí, ya veis, nos ha dado por ahí y por terminar el año de forma diferente a la habitual, imaginándonos entre chiringuitos, palmeras, piscinas y mares turquesa.
¿Qué son las persianas alicantinas?
En realidad, son una variedad de estores enrollables fundamentalmente para exterior que en lugar de desenrollarse con cadenita o con el mando a distancia se hace con cuerda o cordón con polea, del que se tira para enrollarse y recogerse.
Además, la característica más reconocible de las persianas alicantinas es su estructura a base de lamas ensambladas lateralmente con grapas de acero.
Son uno de los tipos de persianas más clásicas que nos podemos encontrar, y de hecho, las habrás visto mil veces en las fachadas de edificios históricos (o no) de ciudades muy soleadas, donde resultan una opción muy práctica y económica para librarse del sol (y de los mosquitos) cuando no se puede instalar una persiana.
¿Por qué se llaman así?
Las persianas alicantinas se denominan así claramente por su origen, la provincia mediterránea de Alicante.
Hasta finales del XIX, esta región se nutría económicamente del vino, pero su producción se fue trasladando poco a poco a otras zonas y sus habitantes se centraron en la fabricación de este tipo de persianas como principal fuente de ingresos.
Al ser región vinícola, aprovecharon el sarmiento de las vides cortándolas en pequeños trozos y juntándolas con alambres para fabricar este tipo de “estores” tradicionales de estilo oriental, pintándolas en distintos colores.
Con el tiempo evolucionaron y se empezaron a emplear lamas hasta llegar a las de hoy, que se realizan obviamente con otros materiales.
¿De qué están hechas?
Este tipo de persianas suelen fabricarse con dos tipos de materiales:
Por un lado, de madera. Para su fabricación suele emplearse pino de primera calidad y su acabado puede ser natural, pintado o barnizado, según el efecto y el estilo que se desee.
Por otro lado, de PVC. Un material plástico ignífugo que resulta más económico, ligero y duradero que las anteriores, aunque estéticamente tenga menos “glamour” que las tradicionales de madera.
Al ser un material más resistente, aislante del calor y del ruido y necesitar de poco mantenimiento, resultan ideales para instalar en climas húmedos, porque evitan los efectos que ésta tiene en la madera.
¿Para qué sirven?
Tal como hemos comentado, este tipo de persianas son ideales como cortina enrollable de exterior, ideales para combatir el sol y el calor, dejando pasar el aire.
También filtran la luz exterior, creando un efecto sombreado entre las lamas, muy característico de las zonas cálidas, que le da un punto acogedor.
Se instalan normalmente en ventanas, pero también son muy habituales en la puerta principal de pisos o casas de playa o de pueblos soleados, donde se instala por fuera una persiana alicantina mientras por dentro se deja la puerta principal abierta para que haga corriente con el resto de la casa sin que nos vean desde fuera.
Además, actúan como un freno a los mosquitos, pues aunque no son exactamente mosquiteras y alguno se nos colará, sí protegen mucho más de estos insectos que tener la ventana abierta.
Esto las convierte también en una opción más saludable que el uso de sprays antimosquitos, y si las elegimos de madera, estaremos optando además por un material natural.
¿Dónde se ponen?
Lo más habitual es ponerlas por fuera de la ventana o puerta, para poder abrirla desde dentro y que corra el aire.
Sin embargo, también es posible ponerlas por dentro si lo que queremos es mantener el calor durante el invierno.
En estos casos, este tipo de persianas crean una barrera contra el frío que entra desde la ventana hacia dentro, como en esta estación no hace falta abrir la ventana más que para ventilar, puede ser una opción interesante y económica.
Por último, también son muy habituales en cenadores de exterior para porches o zonas de exterior donde solemos comer o estar pero queremos resguardarnos del sol en las horas más intensas.
¿Qué otros tipos de persianas enrollables para exterior existen?
Además de las persianas alicantinas de lamas de madera o pvc, en el mercado podemos encontrar otras persianas enrollables diferentes.
Una opción son las persianas exteriores de aluminio (posiblemente las más duraderas de todas además de ligeras y disponibles en muchos colores).
También son comunes las persianas enrollables de bambú, elaboradas con cañizo exterior, una opción bonita, natural y de muy fácil mantenimiento, que puedes encontrar en diferentes tonos de marrón, desde el crema hasta el ocre.
¿Y la estética?
Las persianas alicantinas quedan preciosas tanto en edificios como casas de climas cálidos o mediterráneos.
¿Quién no tiene una imagen de la típica casa griega con persianas alicantinas en azul?
¿O de los edificios blancos inmaculados de la costa mediterránea o del Sur de España con esas bonitas persianas de madera natural?
Obviamente, si lo que buscamos es la estética, las persianas alicantinas de madera serán nuestra opción ideal, ya que permiten una personalización total en cuanto a color.
Esto es porque a las distintas variedades de madera se le añade la opción de pintarlas y/o barnizarlas en cualquier color, lo que nos permite unas posibilidades infinitas.
Además, aunque tradicionalmente las asociamos a edificios antiguos o de estética clásica o rústica, en realidad pueden ir perfectamente integradas en edificios más modernos.
Por último, su particular estética y belleza hace que se puedan utilizar si se quiere para embellecer un interior, fundamentalmente en interiores de estilo mediterráneo, ¿por qué no?.
Por ejemplo, podríamos utilizarlas para cubrir la ventana desde dentro sustituyendo al tradicional estor o cortina o, por qué no, para tapar con ellas algún hueco para armario.
En fin, como véis, las persianas alicantinas tienen muchas ventajas y su estética entre clásica y rustic-chic las hace muy atractivas y totalmente atemporales.
Así que animaros con ellas y por nuestra parte sólo nos queda despedir el año tanto a los que pasamos frío en el hemisferio Norte como a los que tenéis la suerte de vivir una Navidad al calor del verano.
¡Feliz entrada de año y nos vemos en 2023!
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