De la gama de los cálidos, el naranja es un color de claras connotaciones positivas. Símbolo de entusiasmo y exaltación, cuenta entre sus cualidades con un poder estimulante y energético pero sin llegar a los extremos del rojo, siendo por tanto también adecuado para personas tímidas, tristes o linfáticas, pues tiende a levantar el ánimo. Como cualidades negativas en cambio puede asociarse a lo superficial, a lo infantil y, en algunos casos, a la alerta o peligro (el naranja suele utilizarse en semáforos ambar, para señalizar obras, etc.) Además, mezclado con el negro sugiere engaño, conspiración e intolerancia, y cuando es muy oscuro , opresión.
A la hora de aplicarlo a la decoración es muy adecuado tanto para el salón como para dormitorios infantiles, baños o cocinas a los que queramos dar un toque divertido. Al ser menos potente que el rojo podemos utilizarlo de forma más libre, aunque hay que tener en cuenta que si se emplea en grandes masas, para determinadas personas puede resultar demasiado atrevido o impulsivo, por lo que puede ser más adecuado utilizarlo en pequeños toques.
Ideas para decorar con naranja: Combinarlo con el blanco y emplearlo en un elemento de gran masa (sofá o alfombra) y poner un par de pequeños acentos en el resto de la estancia (un par de cojines, un jarrón…) También va perfecto en combinación con tonalidades armónicas (mostazas o rojos por ejemplo), especialmente en gresites para baños o cocinas.
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Vía: pinterest.com