Una vez hemos medido bien el espacio, lo hemos dibujado en plano, lo hemos dejado sin tabiques y con los elementos estructurales marcados toca distribuir la casa desde cero. Horror, pánico. ¿Por dónde empiezo? ¿Cuál es el punto de partida?
La respuesta en este caso es muy sencilla: Se empieza a distribuir por el baño, y en concreto, por el inodoro. ¿Por qué? Porque hay que engancharlo a la bajante general de la casa (un tubo más o menos grueso que va de arriba abajo por todos los pisos del edificio y por tanto no puede moverse a nuestro antojo). Esta bajante a veces va por los patios y está a la vista, y otras está “escondida” en mochetas, columnas o muros gruesos del baño actual, pero siempre andará cerca del inodoro actual.
En nuestra nueva distribución, los inodoros no podrán alejarse mucho de esta bajante, como mucho un metro o metro y medio. Podemos irnos algo más lejos pero ya necesitaremos un escalón pues el tubo de enganche que llega a la bajante debe tener algo de pendiente para que las aguas sucias discurran hasta ella.
Lo ideal es que el inodoro esté justo delante de la bajante para que este tubo vaya por detrás y no lo veamos. Si lo ponemos a un lado tendremos que taparlo. La mayoría de las ocasiones se hace con una mocheta baja que va por el suelo (a veces pasa desapercibida y es una buena opción), pero si tenemos posibilidad, una buena idea para decorar el baño sin mochetas sería hacer un falso muro donde además del enganche podríamos alojar una cisterna empotrada y dejar el inodoro suspendido.
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Vía: pinterest.com