¿Podrías imaginarte un salón sin televisión?
Cuando nos planteamos cómo decorar y amueblar nuestra sala de estar, en el 95% de las ocasiones lo hacemos inconscientemente en torno a la tv.
Obviamente la razón principal es la comodidad, sobre todo si tendemos a ser fans de las series y películas de Netflix 😉
Sin embargo, la desventaja de tomar la televisión como el foco central es que esta se convierte en un problema a la hora de crear espacios con una estética determinada, seguir las últimas tendencias o tener agradables reuniones para recibir amigos o familia y conversar con ellos.
Sin duda, para un interiorista es un sueño poder prescindir de la tele o al menos que no se le dé demasiada atención.
Por eso, cuando un cliente comenta que quiere amueblar un salón sin televisión (son pocos, pero los hay), se nos abre el cielo y con él las posibilidades decorativas…
En resumen, desde Decofilia queremos hacerle un homenaje a todos aquellos salones que no necesitan televisión, para que, si es tu caso, puedas sacar ideas de cómo decorarlo.
¡Vamos con ello!
La conversación, lo primero
La ventaja que tienen los salones sin tele es que podemos disponer los asientos de la forma que nos parezca, ya que no estamos condicionados a mirar a una pared.
Esto nos permite decorar salones con sofás enfrentados, una opción muy estética y cómoda de cara a la conversación con amigos y familiares y que sin embargo resulta muy incómoda cuando existe una TV, porque obliga a mirarla de lado.
Una mirada al exterior
Otra ventaja de los salones sin TV es que nos permiten tener el sofá o asiento principal (o al menos alguno de ellos) mirando hacia la zona exterior, sin duda la mejor vista que podemos tener al estar sentados.
Sin embargo, en los salones con tele esto se complica, al necesitar una pared para colocar los enchufes y un espacio para un mueble sobre el que apoyarla, sin contar con el volumen que tiene y que taparía media ventana de colocarla justo delante.
Múltiples asientos
Si somos muy sociables y nuestra casa es la de todos, es probable que muy a menudo tengamos un montón de gente alrededor de la mesa de centro charlando amigablemente.
En ese caso, tener un salón sin televisión es una ventaja, ya que al “liberar” una de las paredes, podemos rellenar el espacio con múltiples asientos, cojines de suelo o sillones sin que resulte un problema.
Incluso, aunque no tengamos siempre la casa llena, nos puede venir bien para tener distintos tipos de asientos según el momento (un sillón de lectura, un banco, un chaiselongue para descansar, un par de pufs decorativos que nos hagan ilusión…)
El arte, el protagonista
Otra ventaja de un salón sin televisión es que podemos darle el protagonismo al arte, ya sea en forma de fotografía, lienzo, composición de láminas, etc.
De esta forma en lugar de encontrarnos un recuadro negro, le damos otro tipo de vida creativa al salón 🙂
Muebles diferentes
El problema de que la TV nos condicione a la hora de decorar el salón, es que tampoco nos deja innovar demasiado con el tipo de mueble que pongamos debajo, al menos en lo que a altura se refiere.
Esto es porque la televisión no debería estar ni muy baja ni muy alta, por lo que la mayoría de muebles de TV suelen ser relativamente bajos y alargados.
Sin embargo, si la TV no va en el salón, podemos permitirnos el lujo de destacar otro tipo de mobiliario, como consolas o aparadores.
Incluso, aunque se utilizaran piezas que igualmente podrían valer para colocar una TV, el hecho de poder sustituirla por otros elementos decorativos hace que las estancias mejoren.
Mmm… esa chimenea en invierno…
¿Hay algo más acogedor que un salón en el que los asientos se reúnen alrededor de una chimenea?
Cuando tenemos televisión esta opción se complica, porque normalmente el calor de la chimenea afecta a la TV si la colocamos encima, y además suele quedar demasiado alta para lo habitual (nos obliga a mirar hacia arriba).
Esto hace que tengamos que buscar opciones alternativas, reforzar y aislar muy bien el interior de la chimenea para que el fuego no afecte, etc.
Sin embargo, en los salones sin tele ¡tenemos vía libre! Nada de preocuparse por el tipo de chimenea, el tiro o el fuego, pudiendo decorarla como más nos guste.
Y si no quiero deshacerme de mi televisión, ¿qué hago?
Tener una tv en tu salón no necesariamente te impedirá tener ese lugar que sueñas. Existen muchas alternativas como esconderla o que vaya con nuestra decoración sin perturbar nuestro espacio relax..
En este caso es cierto que los asientos deberán distribuirse con la mejor visibilidad en dirección al televisor, pero al menos en el día a día no estaremos visualizando continuamente una caja negra 🙂
Veamos algunas posibilidades:
a) Esconderla con elementos decorativos
La idea es que funcionen a modo de “puertas correderas” que escondan detrás la TV encajada en algún tipo de hornacina.
b) Utilizar lamas de madera
Con el mismo sistema corredero podemos crearnos elementos de obra con lamas de madera de suelo a techo o de gran altura, que siempre resultan muy decorativas.
c) Convertirla en un cuadro
Hay televisiones que funcionan como un espejo y también es posible crear un marco similar al de un cuadro alrededor de una televisión suspendida, de modo que a efectos visuales parezca más un cuadro digital que una tv hecha y derecha.
Otra opción es “esconderla” en una combinación de láminas, como si fuera una más.
Como ves, por opciones no será. Lo importante es que de alguna forma “la caja tonta” no se convierta en el centro decorativo de nuestro salón 🙂
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Vía: pinterest.com