Que la alfombra es un elemento decorativo esencial, clave en cualquier proyecto de diseño interior, es algo que pocos pueden dudar: delimita zonas, llena espacios que de otro modo quedarían desangelados y resulta el foco ideal para aportar ese toque de estilo o color que busca cualquier salón, dormitorio o entrada.
Sin embargo, hasta ahora la tendencia habitual a la hora de decorar con alfombras siempre ha sido la de utilizar una sola, lo suficientemente grande como para abarcar el espacio que se pretende llena. Ya sea de pelo largo o corto, de lana o sintética, fina o gruesa, neutra o de color, hasta ahora poco se ha pensado en la posibilidades decorativas que implica el superponer unas alfombras sobre otras.
Y sin embargo, las alfombras superpuestas se han convertido en una de las tendencias “in” de este año, ganando adeptos cada día.
Entre las ventajas, permiten cubrir grandes espacios con alfombras estándar sin tener que encargarlas a medida (con el consiguiente ahorro de costes) y aportan mucha personalidad a un ambiente gracias al particular juego de volúmenes, texturas y colores.
Como inconvenientes, no todas las alfombras valen para ello (hay que evitar las gruesas o de pelo largo), no cuadran en todos los estilos y en determinadas zonas pueden entorpecer el movimiento natural de los muebles (ej. en el giro de las ruedas de una silla o buck de un despacho doméstico o a la hora de sentarse y levantarse de la mesa de comedor).
En cualquier caso, decorar con alfombras superpuestas no es tan fácil como parece. Hay que seguir unas pautas y se requiere de un cierto sentido de la estética para combinar adecuadamente formas y tonalidades, así que veamos algunas pautas y posibilidades que nos ofrecen para utilizarlas de la forma adecuada:
1. Alfombras finas
Emplear alfombras planas es la primera regla a tener en cuenta si quieres superponer unas sobre otras. Obviamente varias alfombras gruesas resultarían poco prácticas a la hora de colocar los muebles, pues descompensarían las patas de mesas y sillas, se producirían “montículos” poco estéticos en los bordes y, en general,
Así que, vía libre a las alfombras planas de tela, piel, mimbre o ratán, sintéticas o de lana fina.
2. Ojo con el estilo
Las alfombras superpuestas no valen para todos los estilos. La personalidad, fuerza y carácter que imprimen al espacio y la sensación de “desorden estudiado” que provocan a nivel visual las hacen poco adecuadas para el estilo clásico renovado, del que la simetría es uno de los principios básicos que se verían rotos con la superposición, ni con el shabby chic “afrancesado“, donde los materiales utilizados y las alfombras de pelo no cuadran muy bien con los yutes y las pieles. Tampoco casan demasiado bien con los estilos puramente minimalistas, donde una alfombra de más es un elemento innecesario.
Sin embargo, en sus tonos más neutros resultan perfectas para el estilo nórdico, especialmente cuando se combinan tonos lisos con alguna alfombra geométrica, y en su versión más colorista son ideales para el estilo boho o el estilo étnico, que cuentan en su ADN con la mezcla y la fusión, convirtiéndose en el hábitat natural para este tipo de alfombras.
3. Combinación de formas
A la hora de decorar con alfombras superpuestas lo más habitual es combinar varias rectangulares, más que nada porque son las más presentes en el mercado y cuentan con tal variedad de tamaños, tramas y tonalidades que resulta muy fácil hacerse con ellas.
Sin embargo, otra opción muy extendida es la de colocar una gran alfombra neutra rectangular como base y superponer otra de piel de vaca, con esa forma tan característica a lo “test de Rothschild” 😉
Dentro de esta opción entrarían también la combinación de alfombras rectangulares con circulares, cuadradas o con aquellas que terminan en bordes geométricos hexagonales.
4. Combinación de colores
La superposición de tonalidades es otro de los puntos a favor de decorar con distintas alfombras. En este sentido, pueden convertirse en el principal foco de color de la estancia…
… o contribuir a reforzar la gama de colores ya presente en el mobiliario
Igualmente uno puede tender a una gama cromática armónica en todas las alfombras u optar por mezclar tonos complementarios de distintos tipos. En este sentido, si te da miedo combinar bien el color o temes equivocarte, usa la misma gama cuando los colores sean vivos y atrévete a combinar tonos cuando éstos sean pastel.
5. Combinación de tramas y texturas
Además de la clásica combinación de texturas mimbre-piel (o tosco- suave), podemos dar vía libre a la imaginación y combinar sin control alfombras lisas con geométricas, rayas con puntos o dibujos persas entre sí.
No obstante, si te da miedo equivocarte o temes “cansarte” a la hora de combinar tramas distintas, opta por no salirte de una misma gama cromática o de una misma trama y sus posibles efectos quedarán mimetizados.
6. Tipos de superposición
Si hasta ahora hemos tratado colores, texturas y formas, hay otro punto esencial a tener en cuenta: el modo en que las alfombras se superponen.
En este sentido encontramos tres tendencias básicas, cada una con su particular efecto visual:
a) ALFOMBRAS CENTRADAS
En este caso lo que se hace es superponer una alfombra rectangular dentro de otra de la misma forma, normalmente una pequeña perfectamente centrada sobre otra más grande.
Es la opción menos arriesgada, y la más habitual en ambientes contemporáneos, pues diluye el efecto desorden que este tipo de alfombras suelen generar, manteniendo el aspecto pulcro de “todo en su sitio”.
b) ALFOMBRAS DESPLAZADAS
Esta opción se basa en colocar alfombras rectangulares en sentido perpendicular o paralelo, pero desplazadas unas de otras, como si giraran en base a un eje lateral y no central.
El efecto a nivel visual es algo más desordenado que el anterior, pero sin resultar excesivamente caótico.
c) ALFOMBRAS EN DIAGONAL
Cualquier elemento decorativo colocado en diagonal (un sofá, un aparador, y por supuesto, un separador de espacios) aporta al espacio una sensación de dinamismo y “desencaje” que suele convertirse en el foco principal de la estancia.
Con las alfombras superpuestas este efecto es algo más suave, al dirigirse al suelo, pero son ideales para dar un toque informal o aportar un contrapunto a ambientes excesivamente ordenados.
En fin, como se puede comprobar, las posibilidades de las alfombras superpuestas son infinitas, y se convierten en el modo ideal de aportar ese toque personal e informal a la decoración para adecuarlo a las distintas estaciones o al gusto personal de cada uno.
¡Larga vida a las alfombras superpuestas!
Vía: amberinteriordesign.com | countryliving.com | decorablog.com | ikea.com | laurenandabby.com | melodijolola.com | nuevo-estilo.micasarevista.com | pinterest.com | pluska.sk | wearetriibe.com
He combinado una alfombra de yute con una de vaca en tonos claros .El resultado me encanta.Creia que yo lo había creado hasta que he visto vuestro artículo.Un saludo
Jeje, es que como se suele decir, “todo está inventado” 🙂
¡Un saludo!