En las viviendas antiguas, además de disponer de cocinas mucho más amplias que en la actualidad, solían contar además con una despensa en la que guardar alimentos no perecederos y enseres varios. Hoy en día, con unas cocinas cada vez más reducidas, resulta vital diseñarlas correctamente a nivel funcional para que puedan almacenar todo lo necesario para el día a día sin resultar agobiantes.
A favor del desarrollo tenemos sin embargo la constante innovación: electrodomésticos más pequeños, extraíbles que nos facilitan la vida, soluciones ingeniosas para guardar todo tipo de cacharros…
A la hora de diseñar el almacenaje de la cocina, podemos optar por dejar los objetos vistos u ocultos. La segunda opción siempre resultará más limpia visualmente hablando, pero si se tiene cuidado y se mantiene un cierto orden estético siempre es posible mostrar los enseres y alimentos a la vista sin renunciar al diseño. Veamos algunas posibilidades:
Cajas y cestas
Ya sean de madera, de tela, de mimbre o de metal, al igual que vimos en el caso de los baños, las cajas dan mucho juego en el almacenaje de cocinas, ya que permiten guardar multitud de enseres pequeños evitando una sensación de caos. Las podemos colocar sobre baldas, encima de los muebles, en huecos de estantería o ayudando al diseño general de la cocina mediante su estratégica colocación en las paredes.
Frascos y recipientes
El empleo de pequeños recipientes de distintos tipos y materiales, normalmente de cristal, de plástico o metálicos, ayudan a crear ciertas composiciones decorativas que ofrecen una estética distinta a este espacio. Aunque los alimentos queden a la vista este tipo de recipientes permiten mantener un cierto orden, bien basándose en sus formas o en el colorido de los alimentos.
Mobiliario
Hoy en día la mayor innovación en el almacenaje de cocinas procede de los propios muebles: Cajoneras y gaveteros de gran tamaño con compartimentos perfectamente pensados para cada tipo de cubierto, vajilla, sartén o cacerola, o módulos estrechos para el almacenaje de pan, botellas o cubiertos, resultan de lo más prácticos.
Extraíbles y esquineros
Su función, más que ampliar el almacenaje (que no se amplía por su presencia), consiste en facilitarnos la vida haciendo más fácil el acceso a los alimentos. Las bandejas extraíbles y los módulos esquineros suelen ser el mejor ejemplo de ello.
Huecos y baldas
Tanto los estantes que puedan colocarse en una pared, como los huecos que puedan dejarse en los muebles de cocina ayudan sobre todo a aportar ligereza y calidez a la decoración de la cocina. Son ideales para colocar tarros del mismo tipo o tamaño, especieros, libros o menaje.
Despenseros
Sustituyendo a las antiguas despensas, hoy encontramos módulos similares a los de un frigorífico o una columna de horno-micro quedando perfectamente integrados en la decoración. Para un mejor acceso, algunos de ellos constan de baldas sujetas a las puertas permitiendo un mejor reparto y acceso de los alimentos.
Cualquier hueco es bueno…
¿Que dispones de un espacio tras el fregadero? Aprovecha para crear contenedores que oculten los estropajos y los útiles de limpieza. ¿Que cuentas con unos banquitos en el office? Ahí tienes un bonito espacio bajo ellos para alojar un par de cajones…
En resumen, un sinfín de opciones e ideas funcionales para el almacenaje de cocinas de las que hoy damos una pequeña pincelada.
Vía: pinterest.com