Si hace poco os mostramos el dirty chic como estilo decorativo, hoy nos vamos al extremo contrario a tratar el estilo minimalista. El minimalismo surgió en Nueva York tras la llegada del arquitecto Mies Van der Rohe, conocido tanto por sus grandes obras como por su manifiesto “menos es más”, frase que define a este estilo de líneas puras que os presentamos hoy. Este estilo hunde sus raíces precisamente en la Bauhaus, Escuela de Arte y Diseño de Alemania de los años 30 de la que Mies Van der Rohe fue su último director y que acabó por emigrar a Estados Unidos ante el creciente auge del nazismo.
Como estilo decorativo, el minimalismo es probablemente uno de los más fáciles de distinguir, ya que tiene un lenguaje claro, sencillo y directo. Mucha gente lo confunde con el estilo contemporáneo, pero se aleja de él en varios aspectos. Veamos los puntos característicos que lo distinguen:
La forma
El estilo minimalista está constituido por líneas rectas y en general alargadas horizontalmente; formas muy simples y puras sin ningún tipo de ornamentación (que se considera accesoria e innecesaria), pero siempre desempeñando todas las funciones que debe prestar un objeto o pieza de mobiliario, solo que de una forma muy depurada.
El espacio
Por lo general los espacios característicamente minimalistas tienen grandes dimensiones donde uno se puede permitir el colocar los elementos de mobiliario muy separados entre sí, dejando mucho “aire” entre unos y otros para potenciar la sensación de amplitud. No obstante, precisamente por esta última característica (la sensación de amplitud) también es muy utilizado en espacios pequeños, aunque lógicamente con menos distancia entre las piezas pero cumpliendo con todos los puntos que lo define. Los techos por lo general también son muy altos, sin molduras ni ornamentaciones al igual que sus paramentos verticales.
Los colores
El estilo minimalista no permite nada que no sea puro, lo que aplica también al color. Predomina sobre todos el color rey: el blanco nieve, ya que la luminosidad del espacio es otra característica típica de este estilo, aunque conjugándolo con la gama de los grises, negros y arena de forma puntual.
Para los amantes del color, este estilo también lo permite, aunque normalmente en elementos puntuales y concretos, como un cojín y una alfombra, un elemento escultórico, un gran cuadro, una manta o un jarrón. Eso sí, en este estilo se tiende a usar el color de forma monocromática y en su tono más vivo (los pasteles se usan menos) teniendo cuidado además de no repetirlo en demasiados elementos (normalmente dos como mucho). Esto permite romper un poco con la sensación de “espacios fríos” con los que mucha gente define a este estilo.
La iluminación
Factor clave en este estilo, ya que se entiende como el canal que potencie el resto de factores. La abundancia de luz natural es una característica esencial, ya que hace que el espacio parezca más limpio, amplio y puro. Por su parte, la luz artificial se utiliza de forma discreta, casi siempre en su versión indirecta (foseados, canalejas, etc.) Por lo general no se suelen utilizar luminarias muy grandes o colgantes, ya que se prefieren los techos “libres” pero en ocasiones también se aceptan siempre que mantengan las líneas puras como este estilo.
Los materiales
¿Qué piensas que vamos a decir?….también son puros…J Por lo general se utilizan materiales industriales trabajados de manera muy neutral tanto en colores y formas. Superficies lisas como el cemento pulido, luminosas como el vidrio, ligeramente reflectantes como el acero, y para los que gustan de toques cálidos, la madera sin vetas y de lamas anchas y alargadas. Azulejos lisos en tonos mate de grandes dimensiones, suelos sin juntas y lacas en los muebles se utilizan a discreción 😉
Los textiles
Fiel al lema “menos es más” sólo se colocan cuando son estrictamente necesarios y de forma que pasen lo más desapercibidos posible: en las ventanas predominan esencialmente los estores enrollables (los de paqueto o abullonados ni se contemplan), y como mucho en algún caso se emplean paneles japoneses y venecianas, defenestrando cortinas o visillos. Aún así, cuando es factible la mejor opción es la ausencia de elementos que cubran los ventanales para poder dejar pasar la luz en toda su magnitud. En cuanto a cojines, tapizados, se utilizan telas lisas y de colores planos, sin bordados, puntillas, flecos ni demás ornamentos.
El estilo minimalista ha pisado fuerte especialmente en la última década y media y ha llegado a influir no sólo en arquitectura, decoración e interiorismo sino en el diseño en general (gráfico, industrial, artístico o de moda). En los últimos años ha ido perdiendo adeptos en decoración por resultar para muchos de aspecto frío y desangelado, así como por el auge del otro extremo del péndulo: el estilo vintage, roído y desgastado, pero a nivel profesional se le sigue considerando como el estilo arquitectónico por antonomasia y el que mejor transmite la sensación de luz y espacio.
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Vía: pinterest.com
Me encanta el estilo minimalista por la paz y tranquilidad que transmite!
Muchas gracias por compartir este artículo sobre el estilo minimalista. Me ha gustado mucho el contenido y sin duda es un estilo muy moderno.
Muchas gracias a ti por comentar 🙂