En interiorismo suele pasar como en moda: aunque todo está inventado, de vez en cuando surgen tendencias que se basan en “algo” anterior pero tratadas de otro modo, lo que les hace parecer algo nuevo.
En este caso, algo tan sencillo como la pintura de paredes, puertas o muebles, se combinan igualándolas entre sí para crear efectos decorativos muy curiosos, originales y que crean tendencia.
Paredes y puertas
Pintar de forma homogénea los muros y puertas de una misma habitación crea un efecto homogéneo que amplifica el espacio y permite dar protagonismo a los muebles, al actuar como una especie de fondo teatral.
Aunque se pueden utilizar tanto colores claros como oscuros, estos últimos harán que el mobiliario resalte más, mientras que el uso de colores claros o pastel darán más luminosidad general a la estancia.
En este caso hay que tener en cuenta que para que una puerta quede bien y dure es mejor pintarla con pintura esmalte (que tiene un aspecto ligeramente satinado) que con la pintura plástica habitual, así que si la diferencia de color es apreciable, igual puedes plantearte pintar todos los muros con esmalte sintético y así igualas estética y apariencia.
Muebles y paredes
Otra opción dentro de la misma idea es utilizar el mismo tipo de pintura en los muros y en los muebles que vayan a decorar el espacio.
En este caso de lo que se trata es de lo contrario que el caso anterior: que los muebles no resalten sino que se difuminen con el contorno, de forma que se cree el efecto de un espacio amplio y homogéneo.
En realidad, lo que se suele utilizar para los muebles es laca en lugar de pintura, (sobre todo si se quiere dar una apariencia de calidad), así que en ese caso habrá que tener en cuenta que la tonalidad elegida sea la misma y que ambas estén disponibles en sus correspondientes cartas de color (los muebles suelen lacarse en base a la carta RAL, mientras que para la pintura suele utilizarse la carta universal NCS).
Otra opción es elegir muebles o complementos que ya vengan “de serie” lacados o tapizados en un determinado color y a partir de ahí elegir la tonalidad de la pared (un buen pintor podrá conseguirte la mezcla adecuada para asemejarse al máximo a cualquier muestra de tela o tono que le des).
A media altura
Otra idea curiosa es utilizar dos tonalidades contrastadas a modo de zócalo (en estos casos la tonalidad más oscura suele ir debajo y la clara arriba).
Esta idea no es nueva; se ha utilizado desde siempre sobre todo en espacios con techos muy altos para crear un efecto óptico de bajada de techo, pero aquí la novedad está en hacer lo mismo con las puertas que te encuentres en el camino (corte incluido) para dar homogeneidad al espacio.
Por supuesto, también puedes pintar la puerta entera del mismo tono que el zócalo inferior de la pared, pero el efecto ya no será el mismo: pierde un poco de originalidad (es una opción más clásica de lo más utilizada) y provoca un “corte” en la pared que hace que el ambiente no se vea tan homogéneo.
Efectos escénicos
A otro nivel (más ligado a comercios, stands feriales y demás) se pueden conseguir efectos muy originales mimetizando el tono de paredes y muebles. En algún caso incluso se pueden pintar figuras simples en distintos niveles y soportes que ópticamente parezcan completas.
En fin, lo cierto es que las posibilidades de la pintura para decorar son infinitas, y si tratamos de darle la vuelta a lo habitual, conseguiremos seguro sorprender.
Os dejamos con más ejemplos de pintura en paredes y carpintería para vuestra inspiración. ¡Y a pintar se ha dicho!
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Vía: pinterest.com