Despedimos esta semana centrándonos en la decoración del salón con un concepto diferente de sofá para nuestro hogar: los sofás sin brazos.
Normalmente, cuando nos enfrentamos a la decoración del salón, buscamos un sofá que sobre todo sea confortable, donde poder disfrutar cómodamente mientras vemos una película o nos relajamos con una buena siesta. Generalmente, ante este elemento, todo el mundo antepone la funcionalidad a la estética, sin importar si el tipo de tapizado concuerda con el resto de la estancia, si el respaldo es tan alto que apenas deja hueco libre en la pared sobre la que apoya, si tiene tanto fondo que se monta con los sillones que tiene a su lado o si tiene unos brazos tan anchos que apenas dejan hueco para una mesa auxiliar o para circular a su lado.
En este último punto es donde queremos detenernos hoy y preguntarnos si realmente son necesarios los brazos y si la funcionalidad puede seguir existiendo en un sofá que no los tenga. Vamos a comprobar cómo es posible optar por este tipo de asientos aunando ambos conceptos sin que uno le reste valor al otro.
Recibidores y Vestíbulos
Los sofás sin brazos son ideales para espacios de tránsito, como recibidores, salas de espera o vestíbulos, ya que son lo suficientemente cómodos para el usuario pero también lo bastante exentos, ligeros y abiertos para levantarse de ellos con facilidad gracias a que la estancia en ellos será corta. Éstos suelen presentarse en un formato esbelto de estructura rígida y tapizados en textiles ajustados.
Salones abiertos
Si somos partidarios de los salones abiertos y despejados, los sofás sin brazos serán nuestro mejor aliado ya que su anchura permite crear espacios diáfanos y amplios. Otra de las grandes cualidades de este tipo de sofás, es que se presentan tanto en formato continuo como modular, lo cual es una gran ventaja si deseamos cambiar la configuración del salón. De ser así, debemos optar por un sofá modular, lo que nos permitirá intercambiar los módulos, girarlos y disponerlos a nuestro gusto. Esta idea es estupenda si celebramos fiestas y reuniones porque nos permite adaptar el espacio de nuestro salón a las circunstancias del momento.
Elementos auxiliares
Los sofás sin brazos son grandes amigos del mueble auxiliar, estos elementos nos ayudan a delimitar el espacio que normalmente ocuparían los brazos del sofá sin dificultar la visibilidad y la funcionalidad y aportando un toque decorativo. Algunas de estas piezas pueden ser revisteros, pequeños tocadiscos, pufs o sencillas mesas bajas donde guardar distintos enseres como los mandos de todos nuestros equipos electrónicos, el costurero, una pequeña lámpara como luz de apoyo o complementos decorativos.
Más inspiración…
Aquí te traemos una recopilación de unas cuántas salitas y salones creados donde los sofás sin brazos son los grandes protagonistas.
Vía: pinterest.com