En Octubre se celebró el día contra el cáncer de mama y, en su homenaje, en este post queremos mostraros el hospital holandés Alexander Monro, dedicado a esta especialidad. Su diseñador, Casper Schuarz, ha conseguido dar a este antiguo edificio de oficinas un giro de 180 grados a la imagen fría de hoy en día en los hospitales y ha conseguido crear un ambiente cálido y de gran confort, casi más parecido a un hotel que a un lugar donde vamos a tratarnos de una enfermedad.
El diseño y el mobiliario elegido son de estilo vanguardista, pero consiguiendo un espacio hogareño en el que la paciente nada más entrar se sienta “como en casa”. Para realizar este proyecto, el diseñador se centró exclusivamente en la experiencia humana, alejándose del guion para diseñar hospitales. Fue haciendo cuestionarios a los pacientes de cómo veían los hospitales, qué sentían, qué cambiaría, etc. y con ello fue desarrollándolo, poniendo al paciente y no al personal como protagonista del proyecto.
La entrada al hospital es por medio de un amplio (ni grande ni pequeño) salón con chimenea en el centro, un pequeño bar y una cubierta a dos aguas, para transmitir confort, confianza y respeto a la paciente.
El edificio está dividido en dos zonas: unas visibles, para la sala de espera, cafetería, consultas, puestos de enfermería y oficinas; y otras ocultas, como son las habitaciones y el área de investigación, para dar mayor privacidad. Todas las estancias tienen el mismo estilo: formas puras, elementos limpios, y un “aura” muy sutil.
Las consultas son amplias, de diferentes colores elegidos delicadamente. Cada una de ellas tiene una gráfica de una figura femenina, de grandes personajes históricos que han pasado por un cáncer de mama, haciéndoles un homenaje. Las gráficas, la alfombra, el mobiliario, las cortinas… todo va acorde con el color seleccionado, consiguiendo el equilibrio en cada sala.
Las habitaciones, que se confunden con las de un hotel, son una verdadera maravilla: Amplias, luminosas, de diseño, con un escritorio para dos personas, baño integrado y lo más chic ¡cama de matrimonio para que pueda dormir junto a su pareja! La habitación es de alto nivel de confort, lo consigue con formas muy limpias, abundancia del blanco, mobiliario muy selecto y cabeceros acolchados. El juego de la iluminación es fundamental, tenue con algunos puntos de luz sueltos y un bañador de pared en el cabecero.
La elección del mobiliario ha sido un punto clave en el diseño del hospital: los sofás FLOAT de Karim Rashid son de líneas muy limpias, funcionales, confortables y con un nivel de diseño exquisito, cuidando todo detalle. En definitiva, un hospital pensado para olvidarse en lo posible de la enfermedad y hacer la estancia más agradable a todas las pacientes.
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