Si en alguna ocasión has pensado que tu dormitorio queda insulso, sin color o sin vida, probablemente no has caído en la cuenta de prestarle más atención a la cama
Este mueble es el centro de atención de la habitación, y como tal requiere un toque especial de estilismo y decoración.
En este sentido, un complemento perfecto de diseño para la ropa de cama es el plaid.
Se trata de una manta colocada a los pies de la cama que se suele colocar de dos formas: como una banda estrecha de lado a lado o cubriendo casi la mitad inferior de la misma a modo de colcha.
Lo ideal es que tenga el mismo color o estampado de alguno de los complementos o mobiliario que tengamos por la habitación.
Por ejemplo puede ir a juego con el resto de complementos textiles del dormitorio: los cojines, las cortinas, la tapicería de algún sillón, la alfombra…
Incluso si tienes papel pintado, puede ir a juego con uno de los tonos del que forme parte.
Si en cambio tuvieras toda la habitación del mismo color, puedes dar el toque de contraste solo con el plaid u optar por poner unas flores o un elemento decorativo pequeño que le de un plus.
Para elegir el plaid hay que tener en cuenta el resto de la decoración del dormitorio y la medida de la cama.
Cada vez se ven con más frecuencias las camas de 160cm de ancho para arriba, y esto dificulta la compra de un plaid, pues casi todos tienen una medida corta, que no cubre los extremos de la cama.
Si quisiéramos que cubra ambos extremos, o bien tenemos una cama muy baja o si no habrá que hacerlos a medida.
Para saber cuál es la medida que nos hace falta tenemos que sumar al ancho de la cama y el alto de ésta (ojo con los canapés o la altura de los colchones, que suben la cama), ya que lo que queremos que cuelgue por los lados.
Para esto tendremos que tener claro si queremos que caiga bastante para que se aprecien los flecos o demás detalles decorativos o si lo vamos a remeter entre el colchón y la estructura de la cama.
En el segundo caso no habría mucho problema (puede ser un plaid no muy largo) pero en el primero tendremos que sumar ambas medidas (ancho de la cama + altura de los extremos).
Otra opción es poner dos plaid uno a cada lado y en este caso podremos también combinar los colores. El tipo de tejido que elijas va a dar una estética diferente a la decoración de la cama.
O bien, colocar un plaid sencillo en diagonal, como “dejado caer” sobre la colcha o nórdico.
En cuanto a tipologías, hay de todo.
Por ejemplo, los podemos encontrar finos o gruesos, tipo tela o tipo manta, con ribete o sin, con flecos o sin, de trama lisa o compleja, de patrón liso, geométrico, figurativo o texturado…
En materiales los podemos encontrar de punto, chenilla, terciopelo, poliéster, lana… Cualquier textil es aplicable a un plaid.
Igualmente en cuanto a tonos existen todas las variedades del mundo, desde los neutros a los chillones, de los monocromo a los multicolor.
Como véis, existen muchísimas opciones para vestir la cama con un plaid en este post hemos dejado varias ideas, pero si quieres profundizar en el uso de textiles en la decoración, seguro que te encantarán nuestros dos cursos enfocados a los textiles en diseño interior.
En ellos podrás conocerlo todo sobre los textiles, no solo aplicables al dormitorio sino al resto de la casa. Dos cursos completísimos en los que te harás una experta en el tema por menos de lo que cuesta un plaid de terciopelo 🙂
Vía: pinterest.com
Que artículo tan bueno, me ha encantado y me ayudó a decidirme al fin a comprar una manta para mi cama