Los salones blancos resultan ideales para espacios pequeños, pisos oscuros, apartamentos en zonas de mar, y en general para todos aquellos en los que queramos maximizar la luz y el espacio.
Para todos estos casos, la decoración del salón en tonos blancos es la más adecuada porque es la que mejor refleja la luz, ampliando visualmente los espacios.
El blanco es el típico color que a algunos les parece “de hospital”, pero en realidad es el único color con el que uno nunca se equivoca.
Sin embargo hay que tener cuidado al iluminar porque es un color que multiplica su efecto cuando se ilumina demasiado.
En su versión blanco nieve o blanco hueso, es el color de base en salones modernos, minimalistas, escandinavos, de estilo vintage o shabby chic.
En salones minimalistas se usa a discreción, solo matado con algún color vivo en algún lugar concreto.
En los de tipo escandinavo, sirve de base en paredes y mobiliario para mezclarlo con maderas claras y tonos grises.
Y en el shabby chic se usa principalmente en el mobiliario y en suelos de madera pintada, a veces con un toque desgastado.
El blanco es la suma de todos los colores luz, por eso ayuda a maximizar la iluminación del espacio, porque es luz pura en sí.
Como cualidades positivas, un salón blanco simboliza pureza, orden y pulcritud, a la vez que genera una sensación de calma y paz.
En contraposición, decorar un salón con demasiado exceso de blanco puede simbolizar vacío, un signo de desolación y baja energía.
El blanco combina con todos los demás colores y por eso es quizás el color más utilizado en decoración.
Sin embargo, usado en su gama monocromática (sólo blanco) para algunos puede resultar excesivamente pulcro o “soso”.
En el Feng Shui en concreto, el blanco tiene un poder sanador, desinfectante y bactericida, que aumenta la actividad orgánica, provocando una carga adicional de energía y brillo.
Si vas a decorar tu salón en tonos blancos (siempre recomendable), el truco para que siga siendo blanco sin que resulte frío es combinarlo con madera clara en el suelo (fresno, roble decapado) o en alguna pieza de mobiliario o complemento, así como con algún tono arena en pared o cojines.
De esta forma seguirás teniendo esa sensación de amplitud y calma, pero le aportarás calidez.
También puedes combinarlo con el cuero, que tiene un tono similar a la madera y le da un contraste cálido al ambiente.
Otra cosa que funciona en estos casos es colocar mucho complemento, de esta forma se mitigará esa sensación de vacío.
En cualquier caso, si te resulta difícil aplicar éste o cualquier otro tono, te encantará el curso sobre el color aplicado a la decoración que tenemos en nuestra escuela de interiorismo 100% online.
Aprenderás a utilizar el color en la decoración de una forma útil y práctica, y mientras lo piensas, te dejamos con algunas imágenes más de salones blancos para tu inspiración.
Vía: pinterest.com