Una de las tendencias que se aprecian últimamente en interiorismo es la presencia de elementos decorativos de madera tratada con la técnica del Shou Sugi Ban.
Esta técnica, de origen japonés, se traduce literalmente como “tablas de cedro quemadas”, aludiendo a la madera más utilizada por los japoneses en la construcción de estructuras y productos, y por tanto la madera más común para aplicarla.
Utilizada principalmente en exteriores, donde su protección era más necesaria, cayó en desuso con el empleo de resinas, sustancias químicas y otras esencias, pero de un tiempo a esta parte, con el auge de todo lo natural y lo ecosostenible, ha vuelto con fuerza inundando también los interiores y entrando directamente en el top de tendencias decorativas para este próximo año.
La técnica del Shou Sugi Ban
En realidad, la técnica en esencia consiste básicamente en “quemar” la superficie de la madera para preservarla de los agentes atmosféricos, de las inclemencias el tiempo, del moho y de los parásitos, pero aunque parezca sencilla, es todo un arte del que los japoneses son los reyes.
La técnica deja un color oscurecido (a madera quemada) en distintos tonos de gris antracita que resulta de lo más decorativo, y, dependiendo del tipo de madera, el quemado puede resaltar o reflejar distintas texturas que ensalzan el material.
Para llevar a cabo esta técnica (reservada sólo a expertos), hay que cauterizar sólo una capa muy delgada de la superficie, pudiendo utilizar un soplete de gas propano. Es aconsejable utilizar paneles de madera mecanizados o listones de madera convenientemente cepillados para que su aplicación resulte mejor.
Dependiendo del nivel de carbonización se conseguirá un efecto más parecido al carbón o uno más sutil, pero lo esencial es que el quemado sea lo más uniforme y homogéneo posible.
Una vez quemada la madera, hay que usar un cepillo de hierro para retirar los restos que deja la capa carbonizada y lavarla con agua para eliminar cualquier residuo, dejando secar los tablones al aire libre, pudiendo aplicar un aceite natural para realzar su belleza.
No todas las maderas resisten igual este proceso de carbonización. Obviamente la madera de cedro, especie nativa de Japón, es la más adecuada para esta técnica, pero también puede llevarse a cabo con otras especies como el nogal, el ciprés o el abeto.
Como técnica, en realidad resulta muy adecuada, ya que al ser 100% natural, por un lado, respeta el medio ambiente y, por otro, protege la salud humana.
Además, el proceso de carbonización sólo afecta a la superficie de la madera, no a su estructura interna, por lo que ésta no sufre y en cambio se aumenta su durabilidad y resistencia.
Por todo ello se ha convertido en una técnica alternativa de tratamiento de la madera tanto natural, como funcional y estética, lo que le ha dado esta segunda vida.
A nivel funcional, ya hemos comentado que se usa sobre todo en exteriores.
El Shou Sugi Ban en el diseño interior
No obstante, a nivel interior también tiene cada vez más presencia en distintos elementos de la casa.
El más habitual es el de forrar paredes, ya sea completas o sólo en algún tabique concreto para convertirlo en el foco decorativo de la estancia, pudiendo colocar las lamas tanto en vertical como en horizontal.
También se pueden hacer juegos con ellas, por ejemplo, combinar lamas más anchas con otras más estrechas, mimetizar paredes con puertas o realizar distintos orificios para conseguir un efecto lumínico especial.
Además, dependiendo del método y grado de carbonización más ligera o más profunda se pueden conseguir distintas texturas y efectos para el forrado de la pared.
Además de paredes completas, puede resultar muy decorativo colocar los paneles sólo en determinadas zonas de la estancia, como en el techo o alguna zona específica que se quiera resaltar.
De hecho, es muy habitual también en el forrado de paneles que enmarquen la chimenea, quizás por su cercanía natural al fuego en recuerdo a la técnica que lo produjo.
También es muy efectivo para el marcado de zonas, especialmente si se combina con materiales o tonalidades que hagan un fuerte contraste.
Igualmente queda espectacular como soporte al cabecero de cama, haciendo que se focalice la vista en ese área y sirviendo de contraste al cabecero en sí, ya sea tapizado o metálico.
Pero además de los paneles de diversos tipos, el Shou Sugi Ban también puede aplicarse al mobiliario, especialmente en mesas de comedor, de centro o auxiliares.
Por supuesto, también pueden realizarse muebles a medida con este tipo de madera como si de cualquier otra se tratara. Un clásico ejemplo son los muebles de baño o de cocina, así como estanterías.
Otro elemento muy interesante para la aplicación del Shou Sugi Ban son las puertas, tanto de paso como de armarios, ya sean íntegramente de madera o combinadas con otros materiales como la rejilla oscura.
Por supuesto, su aplicación interior no es sólo válida para viviendas, sino también para comercios, restaurantes y oficinas (muy adecuado en mostradores, paneles traseros en la zona de información, etc.)
Y para los que el color oscurecido de la técnica del Shou Sugi Ban les resulte frío, nada mejor que combinarlo con otras maderas más claras o tonos dorados para conseguir un efecto cálido y acogedor.
En fin, una técnica funcional, estética, natural y ecosostenible a tener muy en cuenta en el mundo del interiorismo. ¡Larga vida al Shou Sugi Ban!
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Vía: pinterest.com