Hacía tiempo que no volvíamos a nuestra sección de diseños memorables del siglo XX y hoy lo hacemos volviendo a 1959 con el Sillón Dinamarquesa, obra del diseñador y arquitecto Jorge Zalszupin.
Aunque nacido en Polonia, Zalszupin es especialmente conocido en Brasil (donde emigró en los años 50 tras la II Guerra Mundial) gracias a “l’Atelier”, la empresa que fundó allí en 1959 y con la que cosechó numerosos éxitos, convirtiéndose en uno de los diseñadores brasileños más significativos de la segunda mitad de siglo.
El sillón Dinamarquesa es una de sus piezas más icónicas, para el cual se inspiró en el diseño escandinavo pero dotándole de un carácter notablemente brasileño, empezando por su nombre, que significa “danesa” en portugués.
Con una base de madera de imbuya (una variedad autóctona de Brasil cuyas finas e irregulares vetas varían del pardo amarillento al marrón oscuro), y un asiento tapizado en cuero o textil, el sillón Dinamarquesa resulta extraordinariamente cómodo para el descanso, con unos brazos en curva que parecen apuntar al cielo y un asiento y respaldo en ángulo, específicamente pensado para reclinarse hacia atrás gracias.
De aire modernista y líneas finas, delicadas y elegantes, el sillón Dinamarquesa es una de esas piezas intemporales de mitad de siglo que queda bien en cualquier espacio. Cuenta con unas medidas de 69x79xh69cm y forma parte de la colección Etel.
Vía: pinterest.com