El rosa es uno de esos pocos tonos que no suele dejar indiferente: o tiene verdaderos fans o enemigos acérrimos. Dulce y delicado, ñoño o cursi… son numerosos los adjetivos que se le aplican según de quién provengan. Color femenino por antonomasia, no suele ser del agrado del género masculino y de hecho suele salir como el color más detestado por la mayoría de los hombres, aunque curiosamente, tampoco es el preferido de la mujer adulta (si bien sí el de numerosas niñas de corta edad, adolescentes y buena parte de las mujeres ancianas).
A pesar de sus detractores, el rosa como color es un tono muy positivo. Resulta de añadir un más o menos blanco al rojo, por lo que proviene del color primario más potente de todo el círculo cromático. De este modo, como cualidades positivas, conserva su carácter energético pero sin resultar agresivo. Es un color optimista (de ahí la expresión “ver las cosas de color de rosa”), purificador y armonizador, ya que recuerda a las flores frescas. Se asocia a la inocencia, al encanto, la delicadeza; es un tono poético que transmite calma y libera la inquietud.
Como cualidades negativas, tiene claras connotaciones infantiles o de debilidad de carácter, por lo que hay que tener cuidado con su uso en personas excesivamente sentimentales y sensibles, con baja autoestima o poco determinantes, pues este color acentuará estas características.
En decoración, hay que tener en cuenta que es un color muy femenino, por lo que si se vive en pareja (o se planea hacerlo) habrá que tener cuidado con su uso en zonas comunes (salones, entradas, etc.) En su vertiente más viva (tirando al fucsia) se recomienda utilizarlo en una sola pared, un solo mueble pesado (sofá, alfombra, etc.) y algún pequeño objeto o complementos, ya que es un color muy potente a la vista. En sus vertientes más claras (rosa chicle, rosa palo, etc.) se puede utilizar en la pintura de las paredes y en papeles pintados, así como en vestidores y baños femeninos, por su poder calmante, aunque su uso más habitual es en habitaciones de niñas. En cambio se usa mucho menos en las cocinas, pues no es un color que se asocie especialmente a la comida.
En Feng Shui, el rosa como derivado del rojo es un color fuerte, poderoso, energético y de vibraciones positivas. Detiene los malos pensamientos, suaviza los deseos negativos, envuelve el hogar con un halo de afecto y promueve el buen entendimiento amoroso y afectivo, por lo que es ideal para habitaciones de matrimonio. También es perfecto para cuartos de adolescentes debido a su poder calmante.
Tips para decorar: El rosa es un color muy adecuado para combinarlo con blanco (que le aporta luminosidad), con su propio tono en versión viva (fucsia) o en la misma gama cromática (lilas, morados), así como con grises y azules. Si se quiere optar por el contraste, suele ir bien con los mostaza y los dorados. El rosa en su versión más clara es ideal para el estilo Shabby Chic y queda perfecto combinado con tonos pastel en general. Cuando tira al fucsia es un color atrevido y va perfecto para el estilo contemporáneo y minimalista. En su variante más oscura, cuando tira al burdeos, resulta elegante y con un toque señorial. Y por cierto, si te gusta este color, te recomendamos a su diseñador fetiche: Karim Rachid.
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Vía: pinterest.com