Una opción muy habitual en la decoración de salones modernos es utilizar colores neutros de base (normalmente el blanco y a veces algún toque de negro) y elegir otro color (normalmente un poco vivo) para combinar.
En este caso estaríamos hablando de decoración monocromática, ya que se utiliza un solo color de la gama tonal y sólo ese. Es muy típico de interiores minimalistas y contemporáneos aunque también es posible verlo en algún ambiente shabby chic, eligiendo en este caso un tono pastel.
Para decorar según este patrón sin meter la pata, hay que tener cuidado a la hora de aplicar el tono vivo en los complementos: Bastarán 2 ó 3 puntos en los que emplearlo; normalmente uno de ellos en una gran masa de color (como la alfombra, el sofá o una pared) y los otros dos puntos en sendos complementos alejados del primero (ej, la lámpara de comedor y un pequeño jarrón o bandeja, un cojín en el sillón de lectura, etc.) de forma que se compensen en la estancia. No cometáis el error de colocar toques de color por todas partes porque perderéis el efecto.
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Vía: pinterest.com