Hoy queremos dedicarle el post a uno de esos elementos que suelen estar presentes en todas las casas y que siempre resultan útiles: los taburetes. Tanto para alcanzar algún objeto demasiado alto como para emplearlo a modo de asiento auxiliar para una emergencia, son elementos de lo más socorridos en cualquier hogar. Sin embargo, bien elegidos, los taburetes también pueden resultar un objeto de lo más decorativo además de funcional.
Los taburetes surgieron como una variante de las sillas comunes para dar servicio como asiento a mesas o superficies de gran altura, desde la barra de un bar a un laboratorio de investigación. Les caracteriza la ausencia de brazos, lo que los hace más fácilmente manipulables, una superficie de asiento algo más reducida pero totalmente funcional respecto a butacas y sillones y unas patas que se prolongan en paralelo al asiento y normalmente a mayor altura, ocupando menor espacio que una silla convencional. De ahí que resulten una buena opción si queremos ganar espacio en nuestras casas.
Existen múltiples variantes de taburetes modernos en cuanto a su estructura, su forma y sus acabados, que se han ido desarrollando con los años para ampliar sus posibles usos y contextos. Veamos las principales características a tener en cuenta para elegir el más adecuado.
Altura
La altura es uno de los factores que más definen un taburete. Por suerte encontramos distintas variantes que se adaptan a la altura de nuestras necesidades: Los altos suelen reservarse para islas de cocina o barras de desayuno; los bajos sirven tanto para mesas de comedor como para zonas de estudio.
Bases y soportes
Existen múltiples opciones de bases y patas para sujetar el asiento de los taburetes, desde el tradicional pie central que nos recuerda a la barra del bar, pasando por los de patas diagonales (con o sin reposapiés), los de tres patas radiales (típicos del estilo escandinavo) o los nuevos diseños de estructura geométrica de estética moderna.
Aunque la elección de la base suele ser una cuestión de estilo, lo más habitual es que recojan todo el diámetro del asiento o un poco más, para proporcionarle estabilidad, especialmente en el caso de taburetes altos.
Respaldo
En su origen, los taburetes carecían de respaldo, pero con los años se han ido acercando al formato silla para encontrar un punto medio entre diseño y ergonomía, creando taburetes de diseño más confortables, ya sea con un mínimo respaldo a directamente de respaldo alto que aporten un plus de comodidad.
Obviamente tienen la desventaja de que no se pueden guardar completamente debajo de la mesa o barra y estéticamente son algo más aparatosos, pero a cambio uno puede sentarse más horas sin que le duelan los riñones 😉
En cualquier caso, la ausencia de respaldo, no está reñida con el diseño, ya que tienen una presencia más sencilla o discreta y estéticamente encajan mejor. Sin embargo suelen emplearse más como asientos de apoyo o elementos de mobiliario auxiliar que siempre podremos trasladar de una estancia a otra, dada su mayor ligereza estética y adaptabilidad, que como elemento permanente, por su relativa incomodidad a largo plazo.
Acabados
Otro aspecto a tener en cuenta a la hora de elegir el taburete ideal es el material o acabado con el que esté realizado. Desde el tradicional taburete de madera o metal, versátil para todo tipo de ambientes, hasta las opciones más sofisticadas u originales, como los taburetes tapizados o tejidos en crochet hay un mundo enorme de opciones que tendrás que explorar para adecuarlo a tu estilo.
Si tu elección es el minimalismo, opta por taburetes del mismo color, sin respaldo y con bases finas y metalizadas en forma de U. Si prefieres lo rústico, elige definitivamente la madera, preferiblemente en su estado bruto y de las clásicas 4 patas. Si lo tuyo es el vintage, los taburetes tapizados en punto harán las delicias de tu comedor, y si tu estética es industrial, opta por taburetes metalizados con un ligero toque oxidado o combina hierro en las patas y madera en el asiento para un look neoyorquino total.
Apilables/ no apilables
En cuestión de espacio el factor probablemente más importante a la hora de elegir un taburete es su apilabilidad, una condición casi imprescindible si contamos con visitas inesperadas a menudo.
Respecto al diseño no siempre podemos esperar el vanguardismo más absoluto, pero a nivel funcional las opciones pueden resultar de lo más originales y nada reñidas con la estética. Existen variantes que combinan la practicidad con un look de lo más atractivo; solo es cuestión de acertar con el estilo.
Combinaciones
Para terminar, aunque la fusión de estilos está de moda, lo que permite combinar distintas piezas como ocurre con las sillas para la mesa de comedor, lo cierto es que en este caso los taburetes suelen elegirse del mismo formato y modelo, ya sea por cuestiones estéticas o funcionales.
Aún así, si te gusta el estilo ecléctico y pretendes mezclarlos, te recomendamos que los elijas todos aproximadamente de la misma altura, para no perder su funcionalidad. Puedes elegirlos por ejemplo del mismo modelo pero de un color distinto, o de formatos similares aunque el estilo sea diferente.
Como ves, no hay por qué conformarse con la típica banqueta de cocina para darle un aire muy particular a una cocina, un escritorio o una mesa informal. Aquí tienes algunas ideas más de los resultados tan interesantes que nos ofrecen. Bonitos, ¿no?
Vía: pinterest.com