No descubrimos América cuando decimos que los espejos son un elemento clave en la decoración de interiores. Ya sea por su geometría, por su potencial para ampliar el espacio, porque multiplican la luz como ningún otro elemento o simplemente por pura estética, lo cierto es que existen mil maneras de decorar con espejos, como ya hemos dejado claro más de una vez.
Sin embargo, en esta ocasión nos vamos a centrar en un modo particular de utilizar este complemento decorativo: en formato de doble espejo. Una opción especialmente idónea para conseguir ambientes simétricos, armónicos y elegantes que resalten la belleza de nuestras viviendas.
Decorar con dos espejos es una de las formas más tradicionales de emplear este complemento decorativo, muy característico de los ambientes clásicos y viviendas palaciegas, especialmente en gran formato y separados entre ellos por algún elemento arquitectónico (como chimeneas o ventanales). Sin embargo, aplicando algunos trucos o variando la forma o el tipo de marco, podemos utilizarlos en viviendas de todos los estilos, desde el más vintage al más minimalista.
Veamos todas las posibilidades y juego que ofrece la decoración con doble espejo para que puedas inspirarte a la hora de elegir tanto el modelo como la ubicación adecuada.
El tamaño
Grande, pequeño o mediano. Su elección dependerá del espacio que tengas, la altura de los techos y tus propias preferencias.
a) Tamaño grande
Los espejos de gran formato, que llegan prácticamente de suelo a techo, son muy apropiados para viviendas señoriales porque ensalzan su altura. Si no es tu caso, pero te atraen los espejos grandes, prueba a colocarlos apoyados sobre el suelo y conseguirás un efecto parecido.
b) Tamaño mediano
Los espejos medianos son ideales cuando te decantas por formatos redondos o para colocar sobre un sofá, un aparador o una consola así como en cualquier espacio de baño con doble seno.
c) Tamaño pequeño
Los espejos pequeños en cambio son menos habituales en formato par, ya que cuando se utilizan suele recurrirse al formato múltiple (muchos espejitos desperdigados por la pared) o acompañando a otros más grandes.
El formato
La forma del espejo es una de las propiedades de este complemento que más condicionará la percepción del ambiente y el estilo decorativo. Veamos los más habituales.
a) Redondos
Ideales para formatos medianos, los espejos circulares son tendencia hoy en día gracias en parte al resurgir de algunos elementos icónicos del siglo XX, como el espejo Adnet, o de algunos estilos como el retro, que los utilizaba a discreción.
Cuando se utilizan de dos en dos, suele optarse por la tendencia simétrica (típica de espacios clásicos o de cuartos de baño) o bien por la asimetría, normalmente optando en este caso por dos espejos redondos de distinto tamaño. El punto informal y divertido que tiene este formato ayuda sin duda a conseguir en este último caso un ambiente con un toque juvenil.
b) Rectangulares
En horizontal o en vertical, todo dependerá del espacio que desees cubrir, del mueble sobre el que vaya colocado y del tamaño de los espejos.
Piensa siempre en el espacio de pared a recubrir y colócalos uno junto al otro o uno al lado del otro, según tus preferencias.
c) Enrejillados
El formato de rejilla es una opción muy decorativa y una idea muy interesante para cubrir grandes espacios libres de paredes o techos.
Pueden hacerse bien mediante un gran espejo al que se le coloquen después junquillos de madera o dm lacado en formato de rejilla, o bien mediante una rejilla de hierro o similar al que luego se le coloquen espejos más pequeños.
Es muy típica de los espacios de corte clásico y de los espejos ventanal
d) Otros formatos
Cuadrados, ovalados, hexagonales, con arcos ojivales o en multitud de formas orgánicas: las posibilidades son infinitas.
La colocación
Una vez elegido el tamaño y formato, toca optar por el modo de colocación. Dependiendo del espacio que vayan a decorar y de las circunstancias personales (si vivimos en un piso de alquiler o tenemos paredes de pladur que preferimos no taladrar, elegiremos una u otra opción.
a) Colgados de la pared
Ideal para decorar aparadores, consolas y paredes del salón o del comedor con espejos de formato medio, es la colocación más habitual en todas las viviendas.
También es posible emplearla con espejos de gran formato, aunque en este caso habrá que prestar atención al peso de los mismos y al tipo de pared, pues no todas son adecuadas.
b) Apoyados sobre el suelo
Sencillo, cómodo y flexible. Ideal para cuando no queremos o podemos taladrar la pared o para cuando deseamos la libertad de poder cambiarlos de sitio cuando nos apetezca.
Tanto en dormitorios como en salones, esta colocación es especialmente idónea para pares de espejo de formato rectangular.
c) Apoyados sobre un mueble
Otra opción para decorar aparadores, consolas o estanterías es apoyarlos directamente sobre el mueble. Esto le da un punto informal y dinámico que rompe la seriedad de la simetría del doble espejo.
¿Juntos o separados?
Además del soporte elegido, en la colocación de dos espejos también hay que tener en cuenta si ubicarlos juntos o separados. La elección de uno u otro cambiará completamente el carácter del espacio.
a) El uno junto al otro
Ubicar los espejos juntos es la opción más habitual cuando van decorando aparadores, consolas, sofás, lavabos dobles o simplemente cuando se emplean espejos de tipo díptico.
b) Separados por la mitad
La colocación de espejos de esta forma puede ser forzada por las circunstancias (un elemento central que actúa como obstáculo, ya sea una puerta, un ventanal, una chimenea o un pilar) o de forma deliberada (por ejemplo colocando la cama en el medio o un cuadro entre los dos espejos, sin que ningún otro elemento arquitectónico impida la unión).
Muy habitual en viviendas de grandes dimensiones y claramente asociada al estilo clásico, funciona no obstante igualmente bien en ambientes contemporáneos, aportando un aire de lo más sofisticado.
¿Simetría o asimetría?
Finalmente, otro de los puntos a tener en cuenta en la decoración con espejos dobles es optar por la simetría o la asimetría
a) Espejos simétricos
Mismo formato, mismo tamaño, mismo color e idéntica distancia entre ellos. Como ya comentamos en la primera parte de este post, la simetría es la principal razón de ser del doble espejo. Armonía, elegancia y sobriedad es lo que se busca con ello.
b) Espejos asimétricos
Aunque es menos habitual, en ocasiones hay quien utiliza el doble espejo no porque busque una simetría sino simplemente porque sí. Si te gustan dos espejos muy distintos entre sí o si te gustan los espacios imperfectos, esta es tu opción.
La asimetría se puede conseguir de varias maneras: utilizando dos espejos muy distintos, empleando el mismo espejo en distinto color o simplemente colocando exactamente el mismo espejo de forma no simétrica. ¡Las reglas están para romperlas!
En fin, tanto para el dormitorio como para el baño, el salón, la entrada o el comedor, estas son algunas ideas para sacar partido a la decoración con doble espejo. ¿Bonitas, verdad?
Vía: pinterest.com