Cambiamos de año y lo hacemos con un icono del modernismo que seguramente te sonará aunque sólo la hayas visto una vez porque no deja a nadie indiferente… El Marshmallow Sofa (sofá “nube”), diseñado en 1956, fue a la vez precursor del pop-art en el mundo del mobiliario y una de las creaciones más llamativas del arquitecto estadounidense George Nelson.
Con esta creación, Nelson transformó un sofá convencional en un objeto en tres dimensiones gracias al empleo de 18 asientos acolchados de los típicos taburetes de bar americano en distintos colores, de lo que resultó una pieza tan característica y particular que apenas se ha intentado diseñar nada parecido.
El sofá Marshmallow se basa en un sencillo bastidor de acero que sujeta los dieciocho cojines independientes, convirtiéndolo en un sofá único en cuando al sistema de construcción se refiere. Además, puede ampliarse todo lo que uno quiera gracias a un módulo adicional de 6 cojines que se monta entre dos sofás, lo que lo convierte (con truco) en el sofá más largo de la historia.
Cada cojín está tapizado en un resistente acolchado de vinilo, tela o piel, y sus distintas tonalidades convierten cualquier estancia en un “lugar happy“. Su nombre en inglés emula a las características nubes-golosina por su acolchado tan característico, y a pesar de su apariencia, resulta un sofá tremendamente cómodo.
Al Marshmallow sofá se le ha llegado a denominar como de “estilo atomista” en el sentido de un todo que explota en múltiples partes (en este caso los cojines). Parece ser una adaptación de la representación del átomo en el que los cojines de colores representan las partículas atómicas.
Aunque originalmente se le llamó “Marshmallow love seat” el sofá se diseñó tanto para viviendas como oficinas, ya que sus medidas (130×80, con posibilidad de alargarlo al infinito), permitían su uso en ambas ubicaciones.
En realidad, hay que decir que con el tiempo se supo que no fue Nelson el creador original, sino uno de los diseñadores de la firma, Irving Harper, ya que en aquella época se solían atribuir los diseños personales al estudio donde se trabajaba, en este caso George Nelson Associates, Inc.
Al parecer, un vendedor de una compañía de plásticos Long Island presentó a George Nelson un ejemplo de la habilidad de la compañía para crear discos de espuma. Los al parecer reducidos costes hicieron que Nelson invitara a su diseñador Irving Harper a diseñar una pieza que incorporara los discos, lo que hizo en un fin de semana. La fabricación no resultó después ni tan sencilla ni tan barata, convirtiendo este sofá en una pieza de lujo en lugar de un “commodity”. No obstante, la firma Herman Miller se atrevió a comercializarla sacándola a la luz en 1956.
A pesar de su popularidad, sólo se produjeron 186 sofás Marshmallow entre 1956 y 1961. Después de un descanso de 34 años, volvió a editarse comercializándolo actualmente la firma Herman Miller en EEUU y Vitra en Europa.
Vía: pinterest.com