Pufs con patas

Detalles que marcan la diferencia: otomanas y pufs con patas

Cada pequeño detalle de nuestro proyecto de interiorismo cuenta al igual que lo hacen los grandes elementos. En nuestra mano está fijarnos en ellos y cuidarlos para lograr un conjunto armónico. Aunque nos parezca que un detalle no cambiará la decoración total, sí puede ensalzarla, e incluso llegar a ser el foco de atención.

Hoy centramos la mirada en los pequeños asientos que suelen acompañar a los sofás del salón, a los sillones de lectura o a los tocadores, concretamente a una variante de ellos. Hoy nos centramos en los pufs con patas.

Patas altas

Normalmente los pufs suelen rondar la misma altura, independientemente de cuál sea su diseño. De esta manera, si queremos que predomine la altura de la pata para que parezcan más esbeltas, lo habitual es que la parte superior, es decir, la acolchada y tapizada, sea mucho más bajita.

Pufs con patas altas

Pufs con patas altas

Patas bajas

Por el contrario, si lo que queremos es que destaque la parte tapizada, ésta será mucho más alta que las patas, que se verán reducidas a pocos centímetros. La estética que desprenden estos pufs es graciosa y desenfadad y quedan muy bien para marcar un punto divertido en la decoración del salón.

Pufs con patas bajas

Pufs con patas bajas

Patas metálicas

El material en sí es un ingrediente fundamental en el diseño de muebles. El que elijamos para nuestra pieza contribuirá activamente a la estética final que desprenderá el puf.

El metal es un material muy potente nos permitirá crear diferentes formas. Podemos emplearlo como un estructura tubular creando un “dibujo” con ella. Podemos también utilizarlo de forma plana, de tal manera que según el lado por el que lo miremos, veremos una pata ancha, o fina si lo vemos de perfil. Otra opción será utilizarlo formando patas individuales, pudiendo ser más finas por un extremo y más gruesas por el otro.

Pufs con patas

Pufs con patas metálicas

Patas diferentes

Normalmente pensamos de manera cuadriculada. Si tenemos cuatro patas, que todas ellas sean iguales. ¿Dónde está escrito que tenga que ser así?

Si nos va el diseño atrevido, podemos decantarnos por patas con formas distintas, una más cuadrada, otra más ovalada, una tercera con más aristas y la cuarta con la base más fina. Cualquier variación puede ser una buena idea.

Eso sí, recomendamos que haya un nexo de unión entre todas ellas para que no sea una locura y el diseño tenga sentido. Por ejemplo, podemos utilizar el mismo material y color.

Pufs con patas escultóricas

Patas tapizadas

La forma y altura de la pata es fundamental, pero también lo es su acabado final.

El color que utilicemos hará que sean más o menos visibles, así como su material. En este punto, una buena opción, cada vez más utiliza en sillas, es tapizar las patas del mismo material del asiento.

Esta idea nos aporta homogeneidad, un toque de diseño y originalidad. Especialmente cuando elegimos una tela vistosa como el terciopelo de un color vivo.

Pufs con patas tapizadas

Pufs con patas tapizadas

Patas “escultóricas”

Al igual que ocurre con la opción de patas con diseños diferentes, podemos darle mucho más énfasis a las patas que al asiento en sí. Conforman buena parte del puf, así que ¿por qué no centrar la mirada en ellas?

En este caso el cojín será mucho más discreto, tanto en forma como en color, para no restarle un ápice de protagonismo. De esta manera, podemos dejar volar la imaginación y comenzar a jugar con formas, colores y materiales.

Patas doradas, con un remate de bola al llegar al suelo, combinando madera y metal negro y juagando con molduras, son algunas de las ideas que se pueden plasmar en los pufs con patas.

Pufs con patas escultóricas

Pufs con patas

Patas superpuestas

No siempre es necesario que las patas del puf vayan justo debajo del asiento, también es posible darle una vuelta de tuerca al diseño y hacer que la parte tapizada encaje en el interior de la estructura.

De esta forma conseguimos un toque de diseño que revalorizará la imagen de éste. Y es que estas pequeñas pinceladas son las que marcan la diferencia y hacen que el interiorismo cobre sentido.

Pufs con patas metálicas

Pufs con patas

Estructura circular

Como no es obligatorio que los pufs sean siempre cuadrados o rectangulares, también podemos elegir para nuestro espacio un modelo circular.

Por tanto, las patas de éstos pueden seguir el mismo esquema. Se pueden concebir como una prolongación del asiento con una base circular unida por barras verticales, de tal manera que en conjunto se perciba como un cilindro.

Y se queremos, también podemos fusionar esta idea con el concepto anterior, en nuestra estructura circular encajará el cojín y tendremos un dos por uno.

Pufs con patas

Pufs con patas metálicas

Estructura fina

Finas, sutiles y elegantes. Aportan mucha ligereza al puf haciendo que éstos desprendan un aire de delicadeza. Sus patas suelen conformar una estructura metálica que pueden crearse a base de un tubo que recorre el perímetro del asiento bajando hasta el suelo de forma continua, o bien a base de varias varillas en cada esquina del puf formando varias patas.

Pufs con patas finas Pufs con patas

Y como pufs con patas hay miles, os dejamos con más modelos. No son todos los posibles pero sí un buen ejemplo de la amplia variedad que existen.

Pufs con patas metálicas

Pufs con patas metálicas

Pufs con patas

Pufs con patas

Pufs con patas

Pufs con patas

Pufs con patas

Pufs con patas

Pufs con patas metálicas

Pufs con patas

Pufs con patas metálicas

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Vía: pinterest.com

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